Intel confirma uno de sus mayores repliegues industriales en años: Miles de despidos y cierre de fábricas en tres países

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THE LATIN VOX (25 de julio del 2025).- Por Daniela Medina.

La multinacional estadounidense Intel Corporation, uno de los gigantes históricos del sector tecnológico y referente en el desarrollo de procesadores y semiconductores, ha confirmado este jueves una de las mayores reestructuraciones industriales de su historia reciente.

Según la información oficial publicada por la compañía y detallada por el medio especializado Xataka, Intel ha comenzado un profundo repliegue de operaciones globales que conlleva el cierre de varias plantas de fabricación en Costa Rica, Malasia y Taiwán, así como el despido de miles de trabajadores a nivel internacional.

Una reorganización estratégica con alto costo social

Intel ha calificado esta medida como parte de su estrategia de “optimización de recursos y mejora de eficiencia global”, en un contexto marcado por la feroz competencia en el mercado de chips y una presión cada vez mayor sobre sus márgenes de rentabilidad.

Sin embargo, detrás de los términos corporativos se esconde una profunda contracción industrial que impactará a tres plantas clave que han sido pilares de producción y ensamblaje durante más de una década.

Según fuentes internas citadas por Xataka, los despidos afectarán a miles de trabajadores en áreas técnicas, logísticas y administrativas.

En particular, el centro de ensamblaje y pruebas de Intel en Costa Rica, que había sido reinaugurado en 2020 tras una pausa anterior, será cerrado de forma definitiva, generando gran preocupación en el país centroamericano, donde la compañía estadounidense había sido una de las mayores empleadoras tecnológicas.

También se verán afectadas las operaciones de Intel en Kulim, Malasia, un país que ha sido durante años una base clave para la fabricación de chips. Asimismo, se espera una reducción significativa del personal en instalaciones de Hsinchu, Taiwán, aunque estas no cerrarán por completo.

Presión financiera y retrasos frente a competidores

Esta reestructuración responde no solo a una necesidad de “optimización”, sino también a una pérdida de liderazgo en la carrera tecnológica frente a competidores como AMD, TSMC o NVIDIA, así como al impacto que han tenido los retrasos en el desarrollo de sus nuevos nodos de fabricación de 7 nm y 5 nm.

Aunque Intel ha prometido volver a ser “líder en procesos avanzados para 2027”, analistas consideran que estos movimientos son una señal clara de pérdida de músculo productivo y concentración en mercados clave como Estados Unidos e Israel.

En paralelo, el programa IDM 2.0 de la compañía —anunciado por el CEO Pat Gelsinger en 2021— pretendía que Intel recuperara su liderazgo fabricando para terceros. Sin embargo, esa transición está siendo más lenta y costosa de lo esperado.

Mientras tanto, empresas como TSMC han acaparado buena parte de la demanda de fundición avanzada gracias a su tecnología puntera, obligando a Intel a reconfigurar su estrategia de inversiones globales.

Reacciones sindicales y de gobiernos locales

En los países afectados, la noticia ha sido recibida con profunda preocupación por los trabajadores y autoridades locales.

En Costa Rica, sindicatos tecnológicos han calificado la decisión como “una traición” y denuncian que el gobierno no fue informado previamente. Se teme que el cierre de Intel provoque una “ola de desempleo técnico” que podría extenderse a otros sectores dependientes del ecosistema de semiconductores.

Por su parte, en Malasia, funcionarios del Ministerio de Comercio han señalado que están en conversaciones con Intel para “recolocar” parte de la mano de obra en otras industrias. No obstante, el golpe económico será difícil de amortiguar.

En Taiwán, la noticia también ha generado tensiones, especialmente en el contexto geopolítico actual, donde el sector de semiconductores se ha vuelto una pieza estratégica en las tensiones entre EE. UU. y China.

Intel redobla su apuesta por Estados Unidos

Al mismo tiempo que anuncia estos recortes, Intel ha reafirmado su compromiso con expansiones domésticas en territorio estadounidense.

Recientemente, la compañía anunció una inversión de más de 20.000 millones de dólares en nuevas fábricas en Ohio y Arizona, impulsadas por los subsidios federales del CHIPS Act. Esto sugiere un giro en la estrategia de Intel hacia una relocalización industrial, motivada tanto por razones políticas como económicas.

De hecho, el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración actual, ha presionado para que empresas clave del sector tecnológico repatríen operaciones críticas a suelo estadounidense.

La decisión de Intel se alinea con esa política, pero deja tras de sí un saldo de desinversión y desempleo en economías emergentes que durante años sirvieron como centros de bajo costo para la industria.

Futuro incierto: ¿Renacimiento o contracción definitiva?

Expertos consultados por Xataka y otros medios especializados han manifestado opiniones encontradas.

Algunos ven en este repliegue una necesaria realineación de recursos para que Intel pueda competir de nuevo en el segmento de alto rendimiento y nodos avanzados. Otros, en cambio, temen que la empresa esté perdiendo capacidad de respuesta global justo cuando más se necesita agilidad e innovación.

“Es un movimiento de alto riesgo. Si las inversiones en EE. UU. no generan el retorno esperado, Intel podría enfrentar una crisis de credibilidad mayor aún”, afirma el analista tecnológico Dan Nystrom, de la firma de inversiones Atlas Markets.

Intel asegura que su hoja de ruta de aquí a 2027 se mantiene firme, con promesas de nuevos productos, avances en litografía y contratos de fundición para clientes externos. Sin embargo, el éxito de esa estrategia dependerá en gran medida de su capacidad para ejecutar sin más tropiezos.

Conclusión

Lo que está claro es que Intel está entrando en una nueva era de reestructuración industrial, donde se juega no solo su rentabilidad, sino también su relevancia en una industria en transformación acelerada por la inteligencia artificial, la computación cuántica y la guerra geopolítica por los chips.

Los próximos años determinarán si esta empresa, que alguna vez dominó el mundo de los microprocesadores, logra reinventarse o si, como otras gigantes tecnológicas del pasado, verá reducido su papel a un actor secundario en un mercado implacable.

Fuente: /www.xataka.com

Javier Marquez Editor 


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