THE LATIN VOX (1 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un momento de creciente tensión geopolítica, Irán ha lanzado duras críticas contra las potencias europeas, acusándolas de ceder el control del acuerdo nuclear a Estados Unidos y de actuar bajo la influencia directa del presidente Donald Trump.
Esmail Baghaei, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, declaró en una entrevista exclusiva con el diario inglés The Guardian que Europa “ha dejado de ser mediadora y se ha convertido en una extensión de la política de Washington y Tel Aviv”.
Las declaraciones surgen apenas semanas antes de que se reimpongan sanciones globales contra Irán, a petición de Francia, Alemania y el Reino Unido. Según Baghaei, esta decisión no solo revivirá el espectro del aislamiento internacional de Irán, sino que también devolverá a EE. UU. su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU respecto al futuro del programa nuclear iraní.
“Los europeos están haciendo exactamente lo que Trump les ordenó”, dijo Baghaei. “Han renunciado a su papel histórico como interlocutores creíbles y han optado por convertirse en portavoces de los intereses estadounidenses e israelíes”.
El papel de Europa, en entredicho
Irán sostiene que los líderes de la diplomacia europea —desde Javier Solana hasta Josep Borrell— habían intentado mantener una posición equilibrada entre Teherán y Washington. Sin embargo, el actual giro hacia la presión y las exigencias alineadas con EE. UU. e Israel marcan, según Baghaei, “una traición a ese legado diplomático”.
Particularmente controvertidas fueron las palabras del canciller alemán Friedrich Merz, quien afirmó que Israel estaba haciendo “el trabajo sucio por todos nosotros” al atacar instalaciones nucleares iraníes. Para Irán, esta afirmación implica no solo el respaldo europeo a dichas acciones, sino también una posible complicidad en inteligencia.
La amenaza de abandonar el TNP
Uno de los posibles escenarios más alarmantes es la salida de Irán del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), una decisión que, según la constitución iraní, depende exclusivamente del parlamento. Baghaei confirmó que, de aprobarse la medida, el gobierno no podrá vetarla.
Un retiro del TNP supondría el fin del monitoreo internacional del programa nuclear iraní por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), elevando la preocupación mundial sobre una posible carrera nuclear en la región.
“Si nos fuerzan a elegir entre nuestra dignidad y las sanciones, no tenemos dudas de cuál es la respuesta”, afirmó Baghaei. “Así como el Reino Unido tuvo su espíritu de resistencia durante el Blitz, nosotros tenemos el nuestro”.
Condiciones “inaceptables” para evitar sanciones
Francia, Alemania y el Reino Unido han dado a Irán un plazo hasta finales de septiembre para cumplir con tres condiciones:
- Permitir nuevamente el acceso del OIEA a las instalaciones atacadas.
- Entregar información detallada sobre los 400 kg de uranio altamente enriquecido.
- Aceptar iniciar conversaciones con EE. UU. sobre el futuro de su programa nuclear.
Irán considera estas condiciones una señal clara de que Europa “no actúa de buena fe”. Baghaei sostiene que existe una “profunda falta de confianza” entre Irán y el OIEA, especialmente después de que informes del organismo fueran usados por EE. UU. e Israel como base para justificar ataques militares.
¿Aún hay espacio para la diplomacia?
Pese a la retórica encendida, Irán asegura que aún está dispuesto a dialogar. Funcionarios iraníes han informado al OIEA que el uranio no ha sido trasladado y que están dispuestos a permitir el retorno de los inspectores si se alcanza un acuerdo más amplio. Baghaei incluso expresó disposición a reducir el nivel de enriquecimiento de uranio al 3.67%, el límite fijado en el acuerdo original de 2015.
Sin embargo, criticó la aparente contradicción en la postura de Trump: “Si, como afirma, la capacidad nuclear iraní ya fue destruida por los ataques conjuntos de EE. UU. e Israel, ¿por qué insiste tanto en eliminar nuestro derecho a enriquecer uranio?”.
¿Se agota el tiempo?
Con menos de un mes para evitar la reactivación de sanciones, el margen para una solución diplomática parece estrecharse. Baghaei advirtió que el estado de ánimo en Irán es de indignación y que el gobierno no puede ignorar la presión popular tras los ataques a sus instalaciones nucleares.
“Occidente habla de cooperación, pero olvida que nuestras instalaciones han sido monitoreadas las 24 horas del día durante tres décadas. Y aun así fuimos atacados. ¿Dónde está el respeto por el derecho internacional?”, preguntó retóricamente el portavoz.
Un futuro incierto
Lo que está en juego va más allá de un tratado nuclear. La tensión creciente entre Irán, EE. UU., Europa e Israel podría desencadenar una nueva crisis en Medio Oriente, con consecuencias impredecibles para la estabilidad regional y el equilibrio global de no proliferación nuclear.
Por ahora, el reloj diplomático avanza, y el mundo observa si aún es posible rescatar el acuerdo nuclear o si, una vez más, la política de confrontación se impondrá sobre la vía del diálogo.
Crédito fotográfico: Getty Images