THE LATIN VOX (1 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El asesinato del comandante iraní Qassem Suleimani a manos de los Estados Unidos en enero de 2020, ordenado por el presidente Donald Trump, desató una serie de eventos que, según el exministro de seguridad británico Tom Tugendhat, llevaron al colapso del régimen de Bashar al-Assad en Siria.
En una reciente entrevista, Tugendhat, ahora miembro de las filas conservadoras del Parlamento británico y con intenciones de centrarse en la política exterior, subrayó que la muerte de Suleimani fue el punto de inflexión que desveló las vulnerabilidades de Irán y abrió el camino hacia la revolución en Siria.
Suleimani, que durante años fue el arquitecto de la expansión iraní en el Medio Oriente, utilizó Siria e Irak como bases estratégicas para contrarrestar a grupos yihadistas como el Estado Islámico, al tiempo que aseguraba la influencia de Teherán en la región.
Tugendhat argumentó que su muerte, en un ataque con dron en Bagdad, fue mucho más que la eliminación de un líder militar: fue la ruptura de una red de relaciones cruciales que Irán había cultivado durante dos décadas. Según Tugendhat, aunque Suleimani fue reemplazado, nadie pudo sustituir las relaciones personales y la red de contactos que él mantenía, lo que resultó en una debilitación del poder iraní en la región.
«Cuando Qassem Suleimani fue asesinado, sostenía en su cabeza todas las relaciones, todos los acuerdos para todos los actores de la región», afirmó Tugendhat. «Él fue reemplazado, pero no realmente, porque nadie puede reemplazar las relaciones personales que él cultivó durante 20 años», añadió. Para el exministro, fue este vacío el que terminó por desencadenar el proceso que llevó a la caída de Assad.
La revolución siria y el futuro de Irán
Tugendhat también analizó los efectos de esta cadena de eventos dentro del propio régimen iraní. Según él, los jóvenes miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) están perdiendo la confianza en la vieja guardia, acusando a los líderes veteranos de corrupción e incompetencia. Además, han circulado rumores de que algunos sectores del régimen iraní están considerando la posibilidad de negociar con Estados Unidos para encontrar una salida, lo que es visto con desdén por los sectores más radicales.
«La vieja guardia está siendo sustituida por jóvenes que ven a los viejos aliados como Assad como una carga», comentó Tugendhat. «Están escuchando rumores de que el ayatolá y el gobierno en Teherán quieren negociar con los estadounidenses, pero para los más extremistas, esto es absolutamente inaceptable», agregó, señalando que este conflicto interno podría marcar el principio del fin para el régimen iraní.
En cuanto a Siria, Tugendhat es optimista respecto a su futuro. Si la situación se maneja correctamente, el exministro cree que Siria podría convertirse en una potencia económica en el Medio Oriente en los próximos 10 años, exportando no solo recursos, sino estabilidad y civilización, como lo hizo durante miles de años. Sin embargo, también advirtió sobre los riesgos inmediatos que enfrenta el país, que está dividido entre grupos kurdos y radicales islamistas como Hayat al-Tahrir Sham (HTS), que luchan por el control.
El papel del Occidente y la percepción de Putin
Tugendhat también hizo críticas al manejo de la política exterior occidental en la región, señalando que la retirada de Afganistán y la falta de acción de Barack Obama frente al uso de armas químicas por parte de Assad en 2013 ofrecieron a Vladimir Putin la oportunidad de consolidarse como un líder fuerte y confiable en el Medio Oriente. Según Tugendhat, Occidente ha demostrado debilidad y vacilación, lo que ha permitido a Putin explotar esa percepción para consolidar su influencia en la región.
«Putin no es más constante que nosotros, pero tiene la ilusión de serlo», concluyó Tugendhat, refiriéndose a la falsa imagen de fortaleza que el presidente ruso ha proyectado. Esta percepción de firmeza ha sido suficiente para que ciertos actores tomaran decisiones que, según Tugendhat, han llevado a una «miseria masiva» en la región.
El futuro de la revolución siria y la caída de Irán
En definitiva, la muerte de Qassem Suleimani no solo ha tenido un impacto directo en la política de Siria e Irán, sino que también ha generado una serie de cambios estructurales en la geopolítica del Medio Oriente. La caída de Assad y el posible colapso del régimen iraní podrían abrir nuevas oportunidades para la región, siempre y cuando las potencias internacionales encuentren una forma de actuar con una visión de largo plazo y una estrategia coherente para garantizar la paz y la estabilidad en el futuro.
Con este análisis, Tugendhat parece vislumbrar un futuro más prometedor para Siria y el Medio Oriente, si se manejan adecuadamente los conflictos actuales y se aprovechan las oportunidades de cambio que se presentan. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil, y los riesgos de un mayor caos en la región continúan siendo una amenaza latente.
Crédito fotográfico: Scott Olson/Getty Images; IRANIAN SUPREME LEADER’S OFFICE HANDOUT/EPA-EFE/Shutterstock