THE LATIN VOX (27 de junio 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Israel ha cerrado los pasos fronterizos hacia el norte de la Franja de Gaza, bloqueando la vía más directa para el ingreso de ayuda humanitaria a cientos de miles de palestinos que enfrentan condiciones cercanas a la hambruna. La decisión, anunciada el jueves, coincide con una nueva ola de bombardeos y ataques que, según autoridades locales, han cobrado decenas de vidas más en el devastado enclave palestino.
La medida promete aumentar aún más la presión diplomática sobre el gobierno israelí, apenas días después de que su breve conflicto con Irán desviara momentáneamente la atención de la comunidad internacional de la crisis humanitaria en Gaza. Durante los 12 días de enfrentamientos entre Israel e Irán, más de 800 palestinos murieron en Gaza, muchos mientras buscaban desesperadamente comida en un entorno cada vez más caótico.
En un gesto sin precedentes, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, calificó públicamente la situación en Gaza como un “genocidio”, convirtiéndose en el líder europeo de mayor rango en hacerlo. En declaraciones previas a la cumbre de la UE en Bruselas, Sánchez citó un informe comunitario que señala indicios de violaciones de los derechos humanos por parte de Israel, incluyendo el bloqueo sistemático de ayuda humanitaria, el elevado número de víctimas civiles, los ataques contra periodistas y la destrucción masiva de infraestructura.
Israel ha rechazado enérgicamente estas acusaciones, calificándolas de sesgadas y antisemitas. No obstante, el cierre del cruce de Zikim, clave para el abastecimiento del norte de Gaza, ha sido duramente criticado por organismos humanitarios. “Es una decisión muy problemática que afectará directamente la distribución de ayuda”, declaró un responsable de una ONG internacional desde el territorio.
El cruce de Zikim, habilitado temporalmente el mes pasado, había permitido transportar trigo y otros bienes básicos hacia la región más afectada del enclave. Según Israel, la clausura fue necesaria para evitar que Hamás se apoderara de la ayuda, después de que circulara un video en redes sociales mostrando a hombres armados escoltando un convoy humanitario. Grupos de ayuda y líderes comunitarios locales afirmaron, sin embargo, que los escoltas eran voluntarios organizados por el Consejo Superior de Asuntos Tribales, sin vinculación con facciones armadas.
“La iniciativa fue completamente tribal, para proteger los alimentos de saqueos y evitar que caigan en manos equivocadas”, aseguró Abu Salman Al Moghani, portavoz del Consejo.
Desde que Israel impuso un estricto bloqueo a los suministros en marzo, la situación alimentaria se ha deteriorado rápidamente en Gaza, donde viven más de 2,3 millones de personas. Aunque el ingreso de ayuda se ha reanudado parcialmente en abril, las condiciones siguen siendo extremadamente difíciles debido a carreteras destruidas, restricciones militares, ataques aéreos y una creciente anarquía.
El lunes ingresaron 79 camiones con alimentos infantiles, medicamentos e insumos médicos, según autoridades israelíes; el martes fueron 71. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud advirtió que los nueve camiones de medicinas ingresados esta semana eran apenas “una gota en el océano”.
Según la OMS, solo 17 de los 36 hospitales de Gaza están en funcionamiento parcial o mínimo, y el resto ha dejado de operar por completo.
La ofensiva israelí contra Gaza comenzó tras el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamás mataron a unas 1.200 personas en el sur de Israel y tomaron 251 rehenes. Actualmente, 49 de esos rehenes permanecen en manos de Hamás, menos de la mitad de ellos con vida.
El saldo de víctimas en Gaza desde el inicio del conflicto ya asciende a 56.259 muertos, en su mayoría civiles, según cifras locales.
Mientras tanto, crecen las demandas internas en Israel para que se ponga fin a la guerra. El primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta presiones de la oposición, de familiares de los rehenes y de una población cada vez más fatigada por el conflicto. La muerte de siete soldados israelíes en un solo ataque el martes marcó el día más mortífero para el ejército en Gaza desde marzo.
Pese a declaraciones recientes del presidente estadounidense Donald Trump sobre “progresos importantes” en las negociaciones para un alto el fuego, tanto funcionarios israelíes como de Hamás han afirmado que no se ha alcanzado aún ningún acuerdo concreto.
“La intensidad del diálogo ha aumentado, pero no hemos recibido nuevas propuestas”, aseguró el portavoz de Hamás, Taher al-Nunu. Israel, por su parte, solo ha confirmado que los esfuerzos por recuperar a los rehenes continúan “en el campo de batalla y a través de negociaciones”.
La clausura de los pasos al norte de Gaza puede marcar un punto crítico en el ya frágil equilibrio humanitario y diplomático de la región, mientras la comunidad internacional redobla sus llamados a una solución inmediata y sostenible.
Crédito fotográfico: Abdel Kareem Hana/AP