El conflicto en la Cisjordania ocupada ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad, ya que Israel ha continuado su asalto militar por tercer día consecutivo. Este es el mayor ataque militar en la región en dos décadas, dejando un rastro de destrucción y aumentando la tensión en una zona ya volátil.
Desde el inicio del asalto, las fuerzas israelíes han llevado a cabo operaciones en varias ciudades de la Cisjordania, incluyendo Jenin, Tulkarem y el campamento de refugiados de Al-Faraa. En las primeras horas del viernes, testigos informaron que tres personas murieron después de que las fuerzas israelíes atacaran un automóvil en la aldea de Zababdeh, al sur de Jenin. La operación ha involucrado tanto ataques aéreos como incursiones terrestres, con el uso de bulldozers para destruir infraestructuras clave.
El asalto ha tenido un impacto devastador en la población civil. En Tulkarem, las fuerzas israelíes se retiraron después de una operación de 48 horas que dejó cuatro muertos y causó una destrucción generalizada de propiedades civiles e infraestructuras. En el campamento de refugiados de Nur Shams, los equipos de Defensa Civil palestinos están trabajando para reparar los daños, pero enfrentan dificultades debido a las carreteras destruidas. “Si los palestinos arreglan una línea de agua aquí, una línea de electricidad allá, las fuerzas israelíes podrían volver muy pronto para arruinarlas de nuevo”, comentó un residente local.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia. Organizaciones de derechos humanos han condenado las acciones de Israel, calificándolas de desproporcionadas y violatorias del derecho internacional. Sin embargo, el gobierno israelí defiende sus acciones como necesarias para combatir el terrorismo y proteger a sus ciudadanos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, describió la operación como una “guerra total” y comparó la situación en la Cisjordania con la de la Franja de Gaza. Según las autoridades israelíes, la operación tiene como objetivo eliminar a los militantes armados y desmantelar las infraestructuras terroristas. Hasta ahora, al menos 18 personas han muerto desde el inicio de la incursión, según funcionarios de salud palestinos.
La situación en la Cisjordania sigue siendo tensa y es probable que la violencia continúe en los próximos días. La comunidad internacional está observando de cerca, y hay llamados para una intervención diplomática que ponga fin a la escalada de violencia y promueva una solución pacífica al conflicto.