
THE LATIN VOX (23 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El reciente despido de Ronen Bar, director de la agencia de seguridad interna de Israel, Shin Bet, ha desatado una ola de protestas en todo el país, llevando a miles de israelíes a las calles para exigir que se respete la democracia y la ley.
La decisión, tomada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha generado controversia, especialmente después de que se revelara que Bar había abierto una investigación sobre supuestos vínculos entre la oficina del primer ministro y el gobierno de Catar.
Un despido bajo tensión
En un discurso el pasado sábado, Netanyahu defendió su decisión de despedir a Bar, afirmando que esta no estaba relacionada con la investigación sobre los posibles lazos entre su oficina y Catar, sino con un informe que Shin Bet había presentado sobre los ataques del 7 de octubre de 2023, que fueron devastadores para el país.
Según Netanyahu, la decisión fue tomada antes de que se anunciara la investigación de la agencia de inteligencia sobre los presuntos vínculos financieros entre funcionarios israelíes y Catar.
“Ronen Bar no seguirá siendo el jefe del Shin Bet. No habrá guerra civil y Israel continuará siendo un estado democrático”, aseguró Netanyahu, quien además reiteró que no se trataba de un ataque contra la democracia israelí.
Investigación sobre los lazos con Catar
Sin embargo, las tensiones han aumentado desde que Shin Bet inició su investigación a principios de febrero sobre los posibles contactos entre altos funcionarios de la oficina de Netanyahu y el gobierno catarí.
Se sospecha que algunos miembros del gobierno israelí recibieron pagos para promover los intereses de Catar en la región. La noticia de la investigación coincide con el contexto de la destitución de Bar, lo que ha hecho que muchos israelíes interpreten el despido como un intento de encubrir la investigación.
La reacción pública ha sido contundente, y decenas de miles de personas han salido a las calles en diversas ciudades, protestando contra lo que consideran un ataque a la democracia de Israel.
Además, las tensiones aumentaron aún más cuando el gobierno israelí reanudó los bombardeos a la Franja de Gaza, acabando con una tregua de dos meses y dejando más de 590 muertos, entre ellos 200 niños.
Intervención del Tribunal Supremo
El Tribunal Supremo de Israel intervino rápidamente, suspendiendo la decisión de Netanyahu de despedir a Bar hasta que se celebre una audiencia, que deberá llevarse a cabo a más tardar el 8 de abril.
En respuesta a este fallo, Netanyahu insistió en que tenía el derecho legal de destituir y nombrar a los directores de las agencias de seguridad, y subrayó que el gobierno tiene la autoridad para tomar este tipo de decisiones. «¡No habrá guerra civil! Israel es un estado de derecho, y según la ley, el gobierno decide quién será el jefe del Shin Bet», escribió Netanyahu en sus redes sociales.
Protestas masivas y reclamos de justicia
Las protestas, impulsadas también por el descontento con la reanudación de los ataques a Gaza, han ganado fuerza. El líder de la oposición, Yair Lapid, llamó a una huelga nacional si Netanyahu no acataba la decisión del Tribunal Supremo. “Si eso sucede, todo el país debe detenerse”, declaró Lapid, dirigiéndose a miles de manifestantes en Tel Aviv.
El partido de Lapid, Yesh Atid, ha condenado el despido de Bar, acusando al gobierno de actuar motivado por un conflicto de interés, ya que la investigación de Shin Bet podría estar tocando temas sensibles para Netanyahu y su administración.
El contexto político de Netanyahu
El primer ministro Netanyahu se encuentra en medio de un proceso judicial en el que se le acusan de corrupción, fraude, soborno y abuso de confianza en tres casos distintos. De hecho, estaba programado para testificar en su juicio el martes pasado, pero la audiencia fue cancelada debido a la reanudación de las operaciones militares en Gaza, que nuevamente ponen a Netanyahu en el centro de una crisis política y social sin precedentes.
Además, Netanyahu ha intentado despedir a la fiscal general del país, Gali Baharav-Miara, una crítica constante de su gobierno. Este movimiento ha sido interpretado por muchos como una estrategia para tomar el control total sobre el aparato judicial y asegurar su inmunidad legal.
Israel ante un punto de quiebre
El país se encuentra en una encrucijada histórica. Mientras que las protestas por la destitución de Bar y las políticas del gobierno se intensifican, la población exige que se respeten los principios democráticos. La situación también refleja una creciente preocupación por la independencia de las instituciones judiciales y de seguridad en Israel, que muchos ven como fundamentales para el mantenimiento de su sistema democrático.
La tensión entre el poder ejecutivo y el judicial, junto con la división social generada por las políticas de Netanyahu, plantea interrogantes sobre el futuro de Israel como un estado democrático.
A medida que las protestas aumentan y las demandas de rendición de cuentas se intensifican, la comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan estos eventos cruciales en uno de los países más influyentes del Medio Oriente.
Crédito fotográfico: CNN