Israel destruye un segundo rascacielos mientras se intensifica el asalto a la ciudad de Gaza

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THE LATIN VOX (6 de septiembre del 2025).- Por Daniela Medina.  

La guerra en la Franja de Gaza ha alcanzado un nuevo y dramático capítulo tras la confirmación de que las fuerzas armadas de Israel destruyeron este sábado un segundo rascacielos en el corazón de la ciudad de Gaza, en el marco de un asalto urbano que, según analistas, marca una escalada decisiva en el conflicto con Hamás.

La ofensiva terrestre y aérea ha sumido a la población civil en un escenario de devastación sin precedentes, mientras la comunidad internacional eleva con urgencia sus llamados a un alto el fuego inmediato.

El ataque y la destrucción de un símbolo urbano

El edificio, un rascacielos de más de una decena de pisos ubicado en una de las arterias principales de Gaza, fue impactado por varios misiles lanzados desde aviones de combate israelíes poco antes del amanecer. Testigos relatan que el inmueble se desplomó entre nubes de polvo y fuego tras minutos de intensos bombardeos que hicieron retumbar el suelo a kilómetros de distancia.

El Ejército israelí declaró en un comunicado que el edificio “albergaba centros de mando, depósitos de armas y unidades de inteligencia de Hamás”, justificando el ataque como parte de su estrategia para “desmantelar la infraestructura terrorista en el enclave”.

Sin embargo, organizaciones humanitarias y medios locales informaron de la presencia de numerosas familias que residían en el lugar, muchas de las cuales habían huido de otras zonas ya devastadas por la ofensiva.

Una ofensiva urbana de gran escala

La destrucción del rascacielos forma parte de la ofensiva más agresiva de Israel sobre la ciudad de Gaza desde el inicio del actual conflicto. Tropas terrestres, apoyadas por tanques, drones y helicópteros artillados, han penetrado en varios barrios del centro y norte de la urbe, desencadenando combates cuerpo a cuerpo con milicianos de Hamás.

“Se trata de una batalla urbana de gran complejidad”, explicó un portavoz militar israelí, quien subrayó que la operación tiene como objetivo “neutralizar el corazón operativo de Hamás en Gaza”. Al mismo tiempo, reconoció que los combates “podrían prolongarse durante semanas” y que el costo en vidas humanas “será elevado”.

En Gaza, la población civil describe una situación de terror constante. “El cielo nunca está oscuro; siempre brilla con los destellos de las bombas”, relató por teléfono una residente que pidió anonimato. “Perdimos nuestra casa la semana pasada y ahora ni siquiera tenemos dónde refugiarnos. Nos sentimos atrapados en un infierno del que no hay salida”.

Crisis humanitaria en aumento

La destrucción de viviendas y la intensidad de los ataques han generado una ola de desplazados internos. Según agencias de la ONU, más de 1,2 millones de gazatíes —la mitad de la población del enclave— se encuentran sin un hogar estable. Escuelas, hospitales y mezquitas se han convertido en refugios improvisados, aunque muchos de ellos también han sufrido daños por los bombardeos.

La Organización Mundial de la Salud advirtió sobre un colapso sanitario inminente: los hospitales operan con generadores en medio de cortes eléctricos prolongados, los medicamentos escasean y las morgues están desbordadas. “El sistema de salud en Gaza está al borde del colapso absoluto”, declaró el director regional de la OMS, Richard Brennan.

Reacciones internacionales y presión diplomática

La destrucción del segundo rascacielos ha provocado un aluvión de condenas y llamados a la moderación en las capitales del mundo. El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó “profunda alarma” por el creciente número de víctimas civiles y reiteró la necesidad de un alto el fuego inmediato.

En Washington, la administración estadounidense reafirmó el “derecho de Israel a defenderse”, pero urgió a “extremar las precauciones para proteger a la población civil”. En contraste, líderes de países árabes como Egipto, Jordania y Qatar calificaron el ataque como “desproporcionado” y advirtieron que la violencia podría desestabilizar aún más la región.

La Unión Europea, por su parte, convocó de emergencia a sus ministros de Exteriores para discutir una respuesta unificada. Fuentes diplomáticas señalaron que algunos países presionan por sanciones selectivas contra Israel, mientras que otros insisten en mantener un equilibrio debido a la importancia estratégica de las relaciones bilaterales.

El dilema político y militar

Expertos en seguridad señalan que Israel enfrenta un dilema: mientras intenta destruir la estructura militar de Hamás, corre el riesgo de generar una catástrofe humanitaria que aumente la presión internacional y mine su legitimidad. “El asalto a Gaza podría convertirse en un punto de no retorno”, opinó Avi Melamed, analista de Medio Oriente. “Si bien Israel puede infligir un daño severo a Hamás, también podría quedar atrapado en un conflicto prolongado y con un costo humano y político altísimo”.

Por otro lado, Hamás busca capitalizar el sufrimiento de la población para reforzar su narrativa de resistencia. En un mensaje televisado, uno de sus portavoces aseguró que “la destrucción de nuestros hogares no quebrará nuestra voluntad. Gaza resistirá hasta el último hombre, mujer y niño”.

El futuro inmediato

Con dos rascacielos destruidos en menos de una semana y la ofensiva militar en su punto más álgido, el futuro de la ciudad de Gaza se vislumbra incierto. La población civil clama por un respiro, mientras diplomáticos de todo el mundo intentan abrir canales para una tregua humanitaria que permita la entrada de ayuda esencial.

Aun así, sobre el terreno las bombas no cesan. La ciudad que alguna vez fue un centro vibrante de comercio y vida urbana se ha transformado en un campo de ruinas, y cada ataque parece alejar más la posibilidad de un regreso a la normalidad.

Fuente: BBC News

Foto: Google Images


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