El sur del Líbano fue escenario de una tragedia cuando al menos 15 personas, entre ellas un militar, murieron y más de 80 resultaron heridas debido a los disparos de las fuerzas israelíes contra desplazados que intentaban regresar a sus hogares. Los incidentes tuvieron lugar en localidades como Al Adaysah, Mays al Yabal, Aitaroun, Blida, Kafr Kila y Houla.
Según el Ministerio de Salud Pública del Líbano, los ataques se dirigieron a ciudadanos que buscaban volver a sus aldeas aún ocupadas por las tropas israelíes.
El contexto de estos enfrentamientos está relacionado con el vencimiento de un alto el fuego acordado previamente entre Israel y Hezbolá. Dicho acuerdo estipulaba un plazo para la retirada de las fuerzas israelíes, pero este no se cumplió debido a supuestas demoras de implementación por ambas partes. En respuesta, grupos de desplazados se congregaron en las entradas de sus aldeas para intentar regresar a sus hogares o evaluar los daños sufridos.
El Ejército libanés condenó los ataques y denunció que Israel continúa violando el alto el fuego, negándose a retirarse de las áreas ocupadas. Además, confirmó la muerte de un militar y numerosos heridos a causa de los disparos. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) alegaron que sus efectivos actuaron para dispersar intentos de ingreso no autorizado a las zonas en conflicto, y reportaron detenciones de personas que están siendo interrogadas.
El presidente libanés, Joseph Aoun, hizo un llamado a la calma e instó a la población a confiar en las fuerzas armadas para garantizar un retorno seguro. Mientras tanto, el primer ministro en funciones, Nayib Mikati, pidió a los países involucrados en el acuerdo que presionen a Israel para que cumpla con sus compromisos y ponga fin a la agresión.
La ONU y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) expresaron su preocupación por el incumplimiento del acuerdo y señalaron que no existen las condiciones necesarias para un retorno seguro de los desplazados. En un comunicado conjunto, instaron a todas las partes a renovar sus compromisos para evitar una mayor escalada de violencia.
Este episodio pone de manifiesto la delicada situación en el sur del Líbano y la necesidad urgente de una solución pacífica que garantice la seguridad y el bienestar de la población civil.