
THE LATIN VOX (15 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Israel ha lanzado una serie de ataques aéreos en Siria, golpeando más de 60 objetivos militares en menos de cinco horas, lo que ha generado crecientes preocupaciones internacionales sobre una posible ocupación prolongada del territorio sirio. Estos ataques ocurren a pesar de las declaraciones del líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Abu Mohammed al-Jolani, quien aseguró que su grupo no está interesado en un conflicto con Israel y abogó por soluciones diplomáticas para garantizar la estabilidad en Siria.
El ataque aéreo israelí se produjo tras una declaración del ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, quien afirmó que las tropas israelíes que tomaron la zona de amortiguamiento en los Altos del Golán la semana pasada, se quedarán allí durante el invierno. Katz subrayó la importancia estratégica de mantener el control de la cima del Monte Hermón, especialmente en el contexto de los recientes desarrollos en Siria, describiendo la situación como de «gran importancia para nuestra seguridad».
Aunque HTS, un grupo islamista que fue fundado en parte por elementos de Al Qaeda, ha mantenido una postura crítica hacia la intervención extranjera en Siria, al-Jolani ha expresado que la prioridad para Siria es la reconstrucción, no involucrarse en nuevos conflictos. «No estamos en el proceso de involucrarnos en un conflicto con Israel», dijo al-Jolani, quien instó a que las soluciones diplomáticas fueran el camino a seguir para restaurar la paz en un país devastado por años de guerra.
Pese a este llamado a la paz, Israel ha intensificado sus ataques aéreos, apuntando a bases militares, armas pesadas, y sitios vinculados al programa de misiles y armas químicas del régimen de Bashar al-Assad. Las incursiones aéreas también destruyeron la pequeña flota naval de Siria en el puerto de Latakia. La respuesta israelí ha sido consistente: el país defiende sus acciones como medidas necesarias para asegurar la seguridad de sus ciudadanos y evitar que grupos terroristas se establezcan cerca de su frontera.
Desde una perspectiva internacional, las recientes incursiones israelíes han causado alarma. La ONU y varios países europeos, incluidos Francia, Alemania y España, han condenado las violaciones de la soberanía siria, pidiendo a Israel que se retire de la zona de amortiguamiento establecida por el acuerdo de desmilitarización de 1974 entre Israel y Siria. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por la integridad territorial de Siria, resaltando que el acuerdo de 1974 se ha visto comprometido tras la caída del régimen de Assad.
A pesar de la creciente presión internacional, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Herzi Halevi, respondió a las críticas, aclarando que Israel no tiene intenciones de intervenir en los asuntos internos de Siria. «No estamos interviniendo en lo que sucede en Siria. No tenemos la intención de administrar Siria», afirmó Halevi, subrayando que la presencia israelí en los Altos del Golán es una medida de seguridad ante la amenaza de elementos terroristas.
Además, se informó que los ataques aéreos israelíes también incluyeron blancos en instalaciones militares clave de Siria, como radares, depósitos de armas y activos del Centro de Estudios Científicos y de Investigación de Siria, conocido por desarrollar armas avanzadas. Según informes, Israel ha logrado destruir gran parte de la infraestructura de la fuerza aérea siria, reduciendo considerablemente las capacidades militares del régimen de Assad.
El aumento de los ataques israelíes ha sorprendido a muchos, particularmente a las capitales occidentales, que previamente pensaban que las incursiones israelíes se limitarían a objetivos relacionados con armas químicas y misiles, no a una ofensiva a gran escala contra las fuerzas armadas sirias. En total, más del 70% de las capacidades militares de Siria han sido destruidas por los ataques aéreos israelíes desde el inicio del conflicto.
Mientras tanto, en Jordania, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, concluyó una serie de reuniones con representantes de Turquía, Irak y otros países de la región, con el objetivo de moldear el futuro de Siria tras la caída de Assad. Blinken también confirmó que Estados Unidos ha mantenido contactos directos con HTS, aunque no reveló detalles sobre la naturaleza de estas conversaciones. Según Blinken, el objetivo de estos contactos es transmitir a HTS los mensajes sobre su comportamiento y sus intenciones para la gobernanza durante cualquier periodo de transición.
El conflicto sirio, que ya lleva más de una década, sigue siendo una fuente de inestabilidad en la región, con intervenciones extranjeras que complican aún más la situación. Mientras Siria lucha por reconstruirse, el futuro del país depende en gran medida de las decisiones que se tomen tanto dentro como fuera de sus fronteras. Las tensiones entre Israel, los rebeldes sirios y los actores internacionales continúan siendo un desafío significativo para cualquier esperanza de paz y estabilidad duraderas.
Crédito fotográfico: Dia Images/Getty Images