El martes, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que sus aviones de combate “eliminaron” al comandante militar de Hezbollah, Fuad Shukr, durante un ataque aéreo en Beirut. Según la versión militar, Shukr orquestó un ataque con cohetes en los Altos del Golán anexados, que resultó en la muerte de 12 jóvenes.
La explosión en los suburbios del sur de Beirut, donde Hezbollah tiene una fuerte presencia, dejó al menos una persona muerta y varias heridas. Israel alega que Shukr fue el objetivo de una “eliminación basada en inteligencia” llevada a cabo por los aviones de combate en el área de Beirut. Se le atribuye la responsabilidad del ataque en los Altos del Golán ocupados por Israel el sábado pasado, en el que murieron principalmente niños. Sin embargo, Hezbollah ha negado cualquier implicación en ese ataque. El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, ha criticado lo que llama “agresión israelí flagrante”, y el ministro de Relaciones Exteriores del país anunció que presentarán una queja ante las Naciones Unidas.
Fuad Shukr, considerado un asesor principal del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha estado en la mira de Estados Unidos, que ofrece una recompensa de $5 millones por información sobre él, alegando que desempeñó un “papel central” en el atentado con bomba de 1983 contra un cuartel de Marines de EE. UU. en Beirut, en el que murieron 241 militares estadounidenses. La situación en la frontera entre Israel y Líbano ha sido tensa, y líderes mundiales han instado a la moderación para evitar una escalada hacia una guerra total. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cree que se puede evitar una guerra a gran escala.