THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro significativo hacia una mayor inclusión dentro de la Iglesia Católica, la Conferencia Episcopal Italiana (CIE) ha anunciado nuevas directrices que permiten a los hombres gay entrenar como sacerdotes, siempre y cuando se comprometan al celibato.
Esta decisión marca un cambio importante en la postura que la Iglesia había mantenido en años recientes, particularmente bajo el pontificado de Papa Francisco, quien anteriormente había expresado que los hombres gay no debían ser admitidos en los seminarios por el riesgo de llevar una «doble vida».
Según las nuevas pautas, lo fundamental para aquellos aspirantes al sacerdocio será su orientación hacia la vida célibe. El texto enfatiza que durante el proceso formativo, la Iglesia no reducirá el discernimiento únicamente a las tendencias homosexuales, sino que se centrará en la capacidad del candidato para vivir el celibato como un don libremente elegido y vivido con responsabilidad.
Sin embargo, las directrices dejan en claro que los hombres gay que mantengan una vida sexual activa no serán admitidos en los seminarios ni en ningún otro orden sagrado.
Este enfoque más matizado se aleja de las posturas previas de la Iglesia, donde la homosexualidad era vista como un obstáculo directo para la vocación sacerdotal. Sin embargo, la CIE subraya que, si bien se mantiene el respeto profundo por las personas en cuestión, la vida sexual activa sigue siendo un impedimento para aquellos que aspiran al sacerdocio.
La decisión se produce en un contexto de tensiones internas dentro de la Iglesia. El Papa Francisco, desde su elección en 2013, ha adoptado un tono más inclusivo hacia las personas LGBTQ+, lo que ha generado críticas entre los sectores más conservadores del clero.
En 2021, el Papa fue objeto de controversia cuando, durante una conversación con obispos, usó un término despectivo para referirse a los homosexuales en algunos seminarios. Esto provocó una disculpa pública del pontífice, quien aseguró que nunca tuvo la intención de ofender y que sus palabras fueron malinterpretadas.
Pese a estos incidentes, Francisco ha continuado promoviendo una apertura hacia los grupos marginados, como lo demostró con la autorización en diciembre de 2023 para que los sacerdotes bendijeran a parejas no casadas o del mismo sexo, lo que representó un cambio notable en la posición doctrinal de la Iglesia sobre el matrimonio y las relaciones homosexuales.
En respuesta a las políticas de la Iglesia, han surgido testimonios como el de Lorenzo Michele Noè Caruso, un joven de 22 años que fue excluido de un seminario por su orientación sexual.
En una carta publicada por el periódico Il Messaggero, Caruso relató cómo se enfrentó a una cultura de clericalismo tóxico y exclusivo, donde su identidad fue vista como un obstáculo para su vocación religiosa.
La respuesta papal a este caso fue invitante, con Francisco animando a Caruso a seguir adelante con su investigación vocacional, lo que refleja un intento por parte del Papa de fomentar un ambiente más inclusivo dentro de la Iglesia.
La extensión de la posibilidad de formación sacerdotal para hombres gay que elijan vivir en celibato refleja una evolución en la postura de la Iglesia hacia la sexualidad humana. A pesar de las restricciones, este cambio representa una conciliación entre la tradición y una mirada más flexible a la realidad social contemporánea.
Sin embargo, los críticos señalan que aún persisten grandes limitaciones y que la Iglesia debe hacer mucho más para garantizar una verdadera inclusión de las personas LGBTQ+ en todas las esferas de la vida religiosa.
La decisión de la Conferencia Episcopal Italiana podría tener implicaciones en otras iglesias católicas alrededor del mundo, especialmente en países con una fuerte presencia católica y una creciente demanda por una mayor aceptación de la diversidad sexual.
A medida que la Iglesia enfrenta nuevos desafíos sobre cómo reconciliar la fe con los derechos humanos y las realidades sociales, la postura de Francisco y la de la CIE podrían ser un indicio de que, aunque lentamente, la Iglesia Católica está comenzando a reconsiderar su enfoque sobre la homosexualidad y el sacerdocio.
El debate sobre la inclusión de los hombres gay en el sacerdocio está lejos de resolverse, pero esta nueva directriz marca un paso importante hacia una Iglesia más abierta, aunque aún repleta de tensiones internas. En última instancia, la forma en que se gestionen estos cambios podría definir el futuro de la relación entre la Iglesia y las comunidades LGBTQ+ en todo el mundo.
Crédito fotográfico: New Ways Ministry