THE LATIN VOX (13 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro interesante, el kanji kin (金), que significa «oro» o «dinero», ha sido elegido como la palabra del año en Japón. Este año, su selección refleja tanto el brillante desempeño de los atletas japoneses en los Juegos Olímpicos de París como la creciente indignación pública ante un escándalo financiero que ha sacudido al Partido Liberal Democrático (PLD), el partido en el poder.
El kanji kin, que se asocia comúnmente con el oro y el dinero, fue revelado esta semana en el templo budista Kiyomizu-dera en Kioto, donde el sacerdote principal, Seihan Mori, lo pintó con un gran pincel sobre un lienzo de papel washi. Este carácter se impuso con un total de 12,148 votos de un total de 221,971, según la Fundación para la Evaluación de Aptitud del Kanji de Japón, que organiza el concurso anual desde 1995.
Este es el quinto año en que kin ha sido seleccionado, una tendencia que suele coincidir con los años olímpicos, donde Japón ha disfrutado de un notable éxito deportivo. De hecho, este mismo kanji había sido elegido en 2021, después de que el país alcanzara su mejor desempeño en la historia de los Juegos Olímpicos, con 27 medallas de oro en los Juegos de Tokio, retrasados por la pandemia.
Sin embargo, el kin de este año no solo refleja los logros deportivos, sino que también simboliza la profunda frustración pública con el escándalo de corrupción política que ha afectado al PLD. En las elecciones de la Cámara Baja de octubre, el partido sufrió importantes derrotas debido a las revelaciones de que decenas de sus parlamentarios habían desviado fondos de funciones oficiales hacia fondos secretos, conocidos como «fondos de sobornos». Así, tanto las medallas de oro como el dinero político han dominado la atención pública este año.
Mori, el sacerdote que pintó el kanji, destacó que, si bien kin fue la opción ganadora, también se barajaron otros términos, como wa (円), que significa «círculo», y que podría haberse elegido como muestra de solidaridad con los habitantes de la prefectura de Ishikawa, devastada por un terremoto mortal en el Día de Año Nuevo. Este gesto de unidad popular fue reflejado en el segundo lugar, que fue para sai (災), que significa «desastre», una clara alusión a la tragedia que golpeó a la región.
El tercer lugar fue para sho (翔), que significa «elevarse» o «volar», un homenaje indirecto al famoso jugador de béisbol japonés Shohei Ohtani, cuya carrera en las Grandes Ligas de EE.UU. continúa impresionando al mundo con su talento excepcional.
La elección de kin como kanji del año ha generado una serie de interpretaciones. Por un lado, resalta el orgullo nacional por las victorias deportivas de los atletas japoneses, que trajeron esperanza y alegría a un Japón que aún se recupera de la pandemia. Por otro, refleja el descontento generalizado con la clase política, cuyas malas prácticas y escándalos continúan erosionando la confianza pública. En este sentido, el oro simboliza tanto la gloria y los éxitos como las sombras del poder político, donde el dinero, y su mal uso, siguen siendo una preocupación constante.
En un año marcado por crisis económicas, el aumento de los precios y una serie de robos de alto perfil, muchos japoneses pueden haber visto el kin como un recordatorio del desafío constante por equilibrar el crecimiento económico con la justicia social. En ese sentido, el kanji del año se convierte no solo en un reflejo del pasado reciente, sino también en un símbolo de las tensiones y desafíos que enfrenta Japón en su camino hacia el futuro.
A medida que el país sigue enfrentando tanto el resurgir de su deporte olímpico como los desafíos internos de la política y la economía, el kin del 2023 captura una realidad compleja: un Japón dividido entre el resplandor del éxito y la opacidad del poder político.
Crédito fotográfico: KYODO News