Japón coloca la alianza con EE. UU. como “máxima prioridad”: nuevo rumbo en la seguridad e influencia regional

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THE LATIN VOX (26 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina. 

La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, ha declarado que “fortalecer la alianza Japón-Estados Unidos es la prioridad número uno” de su gobierno en materia de política exterior y seguridad, según informó el gobierno nipón tras una conversación telefónica con el presidente de EE. UU., Donald Trump.
Durante la llamada, Takaichi describió a Japón como un “socio indispensable” para Estados Unidos en su estrategia frente a China y en la región del Indo-Pacífico, y ambos mandatarios reafirmaron su compromiso compartido de “elevar la alianza a nuevos niveles”.

Este anuncio marca un paso significativo en la política exterior de Japón, que en los últimos años ha venido reforzando su cooperación con Washington ante el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas en Asia oriental. Pero también plantea interrogantes sobre los efectos sobre la autonomía japonesa, su rol en la región, y cómo influirá esta orientación en su relación con China, Corea del Sur y otros actores clave.

Trasfondo político: quién es Takaichi y por qué este momento

Sanae Takaichi se convirtió en la primera mujer en ocupar la jefatura del gobierno japonés el pasado 21 de octubre, al alcanzar la presidencia del partido gobernante, el Liberal Democratic Party (LDP), y asumir posteriormente como primera ministra.
Dentro de su agenda aparece una fuerte ajuste en materia económica, social y de seguridad: desde el objetivo de alcanzar un gasto en defensa equivalente al 2 % del PIB hasta una política migratoria más restrictiva.
La llamada telefónica con Trump fue la primera que mantuvo como jefa de Gobierno, y tuvo lugar mientras participaba en una cumbre regional de la Association of Southeast Asian Nations (ASEAN) en Malasia, y Trump viajaba a la misma reunión desde su Air Force One.

Así, la declaración de prioridad hacia EE. UU. no es un gesto aislado, sino parte de un realineamiento estratégico que Japón impulsa bajo el liderazgo de Takaichi.

¿Qué significa para Japón esta nueva orientación hacia EE. UU.?

1. Seguridad y defensa: rumbo hacia una cooperación ampliada

Japón ve en Estados Unidos el pilar esencial de su seguridad frente a amenazas crecientes, en particular la expansión de poder de China y las pruebas balísticas de Corea del Norte. En ese marco, la alianza se presenta como “el ancla” de la estabilidad regional.
Takaichi recalca que su administración buscará elevar la cooperación hasta “nuevos niveles”, lo que puede traducirse en:

  • Mayor interoperabilidad de las Fuerzas de Autodefensa japonesas con las Fuerzas Armadas estadounidenses.
  • Posible incremento del gasto en defensa para alcanzar o superar el 2 % del PIB.
  • Expansión de misiones conjuntas en el Indo-Pacífico, intercambio de inteligencia, desarrollo de tecnología militar.
  • Un papel más activo de Japón como aliado, no solo en defensa directa, sino como base de proyección regional de EE. UU.

2. Diplomacia e Indo-Pacífico: equilibrio y presión

Al asumir que “Japón es un socio indispensable para la estrategia de EE. UU. frente a China y el Indo-Pacífico”, Japón está claramente posicionándose como aliado estratégico en esa zona crítica. Esto puede implicar un aumento de tensión en sus relaciones con China, pero también una mayor presencia japonesa en foros de cooperación regional.
Takaichi, de hecho, ha afirmado que su política apunta a una “visión de un Indo-Pacífico libre y abierto” (FOIP) junto a Washington.
Este alineamiento podría reforzar a Japón como contrapeso en la región, pero también lo expone a mayores obligaciones y dependencias externas.

3. Autonomía nacional y debates internos

Si bien reforzar la alianza pueda parecer lógico estratégica y geopolíticamente, también acarrea retos internos:

  • Japón históricamente ha sostenido una Constitución pacifista (Artículo 9) que limita sus capacidades militares ofensivas. Aumentar su rol militar puede generar debate interno.
  • La alianza con EE. UU., si se intensifica, puede dar lugar a percepciones de menos autonomía japonesa o de alineamiento automático con políticas americanas, lo que podría generar resistencia entre sectores nacionalistas o pacifistas.
  • El nuevo liderazgo de Takaichi debe equilibrar estas consideraciones mientras retiene apoyo político interno y enfrenta un panorama económico con inflación, demografía desfavorable y desafíos sociales.

¿Qué motiva este enfoque ahora?

  • La creciente presión geopolítica en Asia oriental: China ha sido más vigorosa en el mar de la China Oriental, en Taiwán y en el Pacífico; Corea del Norte sigue con su programa de misiles. En este contexto, Japón necesita reforzar alianzas más que nunca.
  • Un gobierno nuevo en Japón (Takaichi) que busca marcar diferencia y cimentar su posición entrando con decisiones fuertes: la prioridad a la alianza estadounidense es una forma de mostrar voluntad política y dirección clara.
  • La coyuntura global: EE. UU. también presiona por un rol más activo de sus aliados en la región para contrarrestar la influencia china, por lo que Japón puede aprovechar esa demanda para obtener mayores garantías o apoyo en sus propios intereses.
  • Internamente, Japón también busca proyectar imagen de potencia responsable y relevante: el fortalecimiento de la alianza con Estados Unidos sirve como mecanismo para reforzar su influencia exterior y su autoimagen internacional.

Posibles escenarios y desafíos a futuro

  1. Éxito y consolidación de la alianza: Japón y EE. UU. firman nuevos acuerdos, Japón aumenta sus recursos en defensa, y logra posicionarse como actor central en el Indo-Pacífico junto a Estados Unidos. Esto resultaría en una mayor seguridad y peso internacional para Tokio.
  2. Resistencia o límites internos: Japón enfrenta bloqueos políticos, resistencia pública o constitucional que impiden avanzar tan rápido como Takaichi planea; la alianza se fortalece, pero a un ritmo más lento de lo previsto.
  3. Reacción de China y cambios en la dinámica regional: China puede responder al mayor alineamiento Japón-EE. UU. con medidas propias (militares, económicas, diplomáticas), lo que elevaría los riesgos de confrontación y obligaría a Japón a calibrar sus movimientos con mayor cautela.

¿Por qué esta noticia es relevante internacionalmente?

  • La relación Japón – EE. UU. es una de las piedras angulares de la arquitectura de seguridad en Asia oriental. Cualquier cambio en su nivel o tono influye en la estrategia regional, en alianzas como el Quad, y en el equilibrio de poder frente a China y Rusia.
  • Un Japón más activo en defensa y con un compromiso explícito de alianza refuerza la visión de un sistema global multipolar donde las potencias menores asumen roles mayores.
  • Para los mercados y la economía global, la estabilidad de Asia oriental es clave; una cooperación más estrecha entre Japón y EE. UU. ofrece certezas en comercio, tecnología, defensa y cadenas de suministro.
  • En tiempos de incertidumbre global recuperación post-pandemia, tensiones comerciales, cambio climático la reafirmación de alianzas como laquilo Japón-EE. UU. actúa como factor de previsibilidad.

La declaración de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi de que “fortalecer la alianza con EE. UU. es la prioridad número uno” marca un momento clave en la política exterior de Tokio. No se trata meramente de un gesto diplomático: es una señal estratégica clara de que Japón está redefiniendo su papel en la región y reafirmando su dependencia del paraguas de seguridad de Washington.

Sin embargo, el camino estará lleno de desafíos: desde la adaptación de Japón a una lógica de mayor gasto en defensa, hasta la gestión de relaciones con China, la opinión pública interna y su autonomía estratégica. El mundo está observando: el próximo capítulo de la alianza Japón-EE. UU. puede determinar qué tan firme será el orden de seguridad en el Indo-Pacífico durante la próxima década.

Fuente: www.forexfactory.com

Foto: Google fotos


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