THE LATIN VOX (24 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El gobierno japonés ha reafirmado su determinación de perseguir judicialmente al célebre activista ecologista Paul Watson, fundador de la organización Sea Shepherd, pese a la reciente cancelación de la notificación roja de Interpol que pesaba sobre él desde hace más de una década.
Watson, de 74 años y nacionalidad canadiense-estadounidense, ha sido durante años un símbolo global de la lucha contra la caza de ballenas. Desde 2010, Japón lo acusa de haber participado en acciones que habrían causado daños e incluso lesiones a bordo de un ballenero japonés, durante una campaña marítima liderada por Sea Shepherd en aguas del Antártico.
La retirada de la alerta de Interpol, anunciada esta semana por su abogado, William Julié, fue recibida con alivio por el activista, quien escribió en su sitio web: “¡Notificación roja anulada! Los balleneros japoneses me han perseguido durante 14 años desde mi primera detención en Fráncfort en 2012”.
Sin embargo, la reacción de Japón ha sido inmediata y firme. “Es una decisión extremadamente lamentable”, declaró el portavoz del gobierno japonés, Yoshimasa Hayashi, durante una conferencia de prensa el miércoles. “El mandato de arresto emitido por Japón contra Paul Watson sigue plenamente vigente. Nuestra posición no ha cambiado: continuaremos solicitando su extradición a las partes involucradas”.
Una batalla legal sin fin
Interpol confirmó que la Comisión de Control de los Ficheros (CCF), su órgano independiente de supervisión, decidió eliminar la notificación roja. Sin embargo, la organización dejó claro que su decisión no se basa en los méritos del caso.
“No se trata de un juicio sobre los hechos ocurridos en 2010, sino de una medida conforme a las normas internas de Interpol en materia de gestión de datos”, explicó un vocero de la agencia.
En otras palabras, si bien Watson ya no figura en la base de datos de alertas internacionales de Interpol, el proceso legal en su contra en Japón sigue en pie. Además, los países que mantengan convenios de extradición con Japón aún podrían recibir solicitudes bilaterales.
Un hombre, una causa y muchos enemigos
Fundador de Sea Shepherd en 1977 y cofundador de Greenpeace antes de eso, Paul Watson ha sido calificado tanto de “pirata” como de “héroe” por su estilo confrontativo y su defensa radical de los océanos. A lo largo de los años, sus barcos han hostigado balleneros, arrastreros y otras embarcaciones implicadas en prácticas que su organización considera ilegales o inmorales.
Watson pasó cinco meses detenido en Groenlandia antes de que Dinamarca rechazara la solicitud de extradición de Japón. Desde diciembre de 2023, reside nuevamente en París, ciudad en la que vive desde hace una década.
Contexto geopolítico y ecológico
Este nuevo episodio se enmarca en un contexto global donde la protección de los océanos y las especies marinas está en el centro de intensos debates diplomáticos. Japón, que abandonó en 2019 la Comisión Ballenera Internacional para retomar la caza comercial de cetáceos en sus aguas, sostiene que sus operaciones respetan tradiciones culturales y cumplen regulaciones nacionales.
Del otro lado, defensores del medio ambiente como Watson sostienen que la caza de ballenas –en particular las expediciones que alegan fines “científicos”– no tiene lugar en el siglo XXI, y han hecho de la denuncia activa su campo de batalla.
Una historia que continúa
Para Paul Watson, la decisión de Interpol representa una pequeña victoria en una larga guerra. Pero el gobierno japonés parece decidido a no cerrar el capítulo. Con una orden de arresto aún válida, y la amenaza latente de nuevas solicitudes de extradición, su futuro legal sigue en una zona gris.
A sus 74 años, el autoproclamado “pastor de los mares” no muestra señales de rendirse. Como él mismo dijo recientemente: “Los océanos no pueden esperar, y yo tampoco”.
Mientras tanto, el mundo observa si esta prolongada confrontación entre un hombre y un Estado volverá a escribirse en los tribunales… o en alta mar.
Crédito fotográfico: The Ecologist