THE LATIN VOX (9 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro inesperado dentro del mundo del crimen organizado, Takeshi Ebisawa, un alto líder de la «Yakuza» (mafia japonesa), se declaró culpable de traficar materiales nucleares provenientes de Birmania, con la intención de venderlos para financiar un acuerdo ilícito de armas, según informaron las autoridades de Estados Unidos.
Este caso ha sacudido tanto al mundo del crimen transnacional como a las autoridades internacionales, al involucrar la venta de materiales nucleares de grado militar en una operación que también implicaba narcóticos y armamento para un grupo insurgente armado.
Un crimen de proporciones globales
Ebisawa, quien hasta ahora había enfrentado cargos relacionados con el tráfico de drogas y armas, fue acusado en febrero de 2024 de conspirar para vender material nuclear de grado militar, junto con narcóticos letales como heroína y metanfetaminas, con destino a los Estados Unidos.
Según los fiscales, el material nuclear que Ebisawa movía incluía plutonio de grado armamentista y uranio, elementos que, de ser procesados en cantidades suficientes, podrían ser utilizados en la fabricación de armas nucleares.
Las investigaciones revelaron que, desde 2020, Ebisawa había alardeado ante un agente encubierto sobre su acceso a grandes cantidades de materiales nucleares. Durante una operación encubierta, las autoridades tailandesas y estadounidenses lograron confiscar dos sustancias en polvo amarillento que el líder de la Yakuza describió como «yellowcake» – un concentrado de uranio utilizado en la producción de armas nucleares.
La conexión con el grupo insurgente birmano
El escándalo no termina ahí. La acusación también sugiere que Ebisawa había planeado utilizar los fondos obtenidos de la venta del material nuclear para adquirir armamento pesado, incluyendo misiles tierra-aire, que serían entregados a un grupo insurgente étnico en Birmania, un país con una situación política inestable y marcado por conflictos armados.
Este vínculo con un grupo armado de Birmania pone de relieve el alcance de la operación de Ebisawa, que no solo involucraba armas y drogas, sino que también parecía estar apoyando conflictos violentos en el sudeste asiático.
La operación transnacional de la «Yakuza«
Los fiscales describen a Ebisawa como un líder de la Yakuza, una de las organizaciones criminales más conocidas y temidas de Japón, que opera a nivel mundial. La Yakuza ha sido históricamente conocida por su involucramiento en una amplia gama de actividades ilícitas, desde el tráfico de drogas hasta el contrabando de armas, lo que convierte a este caso en una ilustración del poder transnacional y la capacidad de las redes criminales organizadas de operar en territorios fuera de su país de origen.
Ebisawa, de 60 años, enfrenta hasta 20 años de prisión por el tráfico internacional de materiales nucleares. La acusación de que la Yakuza, una organización con la capacidad de operar en múltiples continentes, haya jugado un papel central en este tipo de comercio ilegal, subraya los crecientes riesgos que representan las redes criminales transnacionales para la seguridad mundial.
Una trama de desestabilización internacional
El caso de Ebisawa y la Yakuza también pone de relieve un problema más amplio: la vulnerabilidad global frente a la proliferación de armas nucleares. La posibilidad de que materiales de grado militar como el plutonio y el uranio puedan ser traficados y vendidos a grupos armados, y potencialmente utilizados en la creación de armas nucleares, representa una amenaza no solo para la región del sudeste asiático, sino para la estabilidad internacional en su conjunto.
Además, el vínculo con un grupo insurgente birmano es un recordatorio de cómo las redes criminales organizadas no solo están involucradas en el tráfico de armas y narcóticos, sino que también pueden desempeñar un papel en la financiación y el fomento de conflictos violentos en todo el mundo. La combinación de armas nucleares, drogas y grupos insurgentes pone de relieve la creciente complejidad de los desafíos para las autoridades internacionales.
El futuro de la lucha contra el crimen transnacional
La sentencia de Ebisawa, que aún está por determinarse, podría marcar un precedente importante en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico de materiales nucleares. Las autoridades de Estados Unidos y sus aliados en Europa y Asia deberán seguir de cerca el caso, pues no solo se trata de un líder de la Yakuza que ha sido capturado, sino de una red global que podría seguir operando en las sombras, llevando consigo las semillas de una mayor inestabilidad mundial.
En este contexto, las autoridades internacionales tendrán que redoblar esfuerzos para frenar el tráfico de armas nucleares y otras sustancias letales, así como para desmantelar las redes criminales que permiten que estos materiales lleguen a destinos peligrosos. La cooperación internacional y la vigilancia constante serán esenciales para prevenir que este tipo de comercio ilícito continúe expandiéndose en el futuro.
Crédito fotográfico: U.S. Magistrate Judge/Southern District of New York/Handout/Reuters