Japón: PM Ishiba viaja a Washington en busca de reproducir el éxito de la Era Trump-Abe

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THE LATIN VOX (6 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

En un momento crucial para las relaciones entre Japón y Estados Unidos, el primer ministro japonés Shigeru Ishiba se prepara para viajar a Washington con la esperanza de replicar el tipo de relación personal que existió entre el expresidente Donald Trump y su predecesor, Shinzo Abe.

Mientras el mundo observa, Ishiba buscará garantías familiares: que Estados Unidos siga comprometido con la defensa de Japón frente a las crecientes amenazas de China y Corea del Norte.

La relación entre Trump y Abe fue un capítulo decisivo en la diplomacia japonesa. Tan solo unas semanas después de asumir el cargo en 2016, Trump recibió a Abe en la Torre Trump, donde el primer ministro japonés, decidido a mejorar los lazos entre ambos países, le entregó un golfista dorado como obsequio.

Ese gesto simbólico marcó el inicio de una relación caracterizada por una alianza sólida, cimentada sobre la seguridad y la cooperación económica. Durante su mandato, Trump y Abe cultivaron una camaradería poco común en la política internacional, destacando especialmente su afinidad por el golf y una serie de acuerdos estratégicos, incluyendo la permanencia de las tropas estadounidenses en Japón.

Para Ishiba, un líder político más cauteloso y de perfil bajo en comparación con su predecesor, las expectativas son altas.

En su visita de tres días a la Casa Blanca, el primer ministro japonés buscará que Trump reafirme su compromiso de defender Japón en caso de un conflicto con China, especialmente por la disputa territorial sobre las Islas Senkaku, y en relación con la estabilidad del estrecho de Taiwán. También esperará apoyo continuo contra el programa nuclear y los misiles balísticos de Corea del Norte.

A pesar de las tensiones comerciales que han marcado la presidencia de Trump, Ishiba también será consciente de la posible amenaza de un conflicto comercial. Japón mantiene un superávit comercial de 56.000 millones de dólares con Estados Unidos, lo que lo coloca en la mira de las políticas proteccionistas de Trump. Ishiba ha reconocido la importancia de discutir varios temas durante su breve visita y ha subrayado que buscará resultados concretos en el limitado tiempo disponible.

Pero el reto para Ishiba no solo radica en garantizar la seguridad de Japón, sino también en fortalecer la relación personal con Trump. Si bien es improbable que el golf juegue un papel en esta visita, Ishiba será consciente de que cualquier signo de química personal entre ambos podría tener un impacto significativo en la diplomacia bilateral.

“Tenemos muchos temas que discutir”, dijo Ishiba a los legisladores japoneses esta semana. “Espero poder establecer prioridades y obtener resultados en el tiempo limitado que tenemos”.

Entre las propuestas que Ishiba podría presentar se incluye el aumento del gasto en defensa de Japón hasta alcanzar el 2% del PIB para 2027, lo que probablemente implicará la compra de armamento fabricado en Estados Unidos.

Además, destacará las inversiones japonesas en EE. UU., como el liderazgo de Japón en inversiones extranjeras directas en América y la creación de empleos en el país.

Si bien el éxito de Ishiba en esta visita dependerá de su habilidad para manejar la relación con Trump, también enfrentará riesgos significativos en su política interna.

Su liderazgo al frente del Partido Liberal Democrático (LDP) ha estado marcado por divisiones y escándalos, lo que pone a Ishiba bajo un intenso escrutinio tanto a nivel nacional como internacional. La forma en que maneje su encuentro con Trump podría afectar profundamente su posición dentro del partido y en la política japonesa en general.

Tobias Harris, fundador de Japan Foresight, una firma de asesoría en riesgos políticos, señaló que esta visita representa una oportunidad clave para que Ishiba afirme su liderazgo en Japón.

«Cómo Ishiba maneje su relación con Trump será observado de cerca y tendrá un gran impacto en su posición en casa», explicó Harris. «Si es demasiado adulador, podría enfrentarse a duros cuestionamientos por parte de los legisladores japoneses».

Además, Ishiba también tendrá que abordar temas delicados como la decisión de Trump de retirarse de la Organización Mundial de la Salud y el Acuerdo Climático de París, así como la polémica sobre los aranceles impuestos a México y Canadá, cuestiones que podrían generar fricciones entre ambos países.

En definitiva, esta visita no solo será una prueba de la habilidad diplomática de Ishiba, sino también una oportunidad para que Japón refuerce su posición estratégica en Asia.

Si el primer ministro logra consolidar una relación sólida con Trump, podría sentar las bases para una alianza aún más fuerte entre ambos países en el futuro. Pero si no logra obtener garantías claras o forjar una relación personal de confianza, los opositores internos de Ishiba podrían aprovechar la situación para aumentar la presión política sobre él.

La mirada estará puesta en Washington esta semana, donde Ishiba tratará de cumplir con las expectativas de su país y mantener el equilibrio entre sus compromisos internacionales y la política interna de Japón.

Crédito fotográfico: Mandel Nganrichard A Brooks/AFP/Getty Images


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