THE LATIN VOX (7 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se preparó para ofrecer su primer discurso desde los resultados electorales que trajeron consigo una amarga derrota para los demócratas. Tras la sorpresiva victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre, que resultó en la derrota de la vicepresidenta Kamala Harris y la recuperación del Senado por parte de los republicanos, Biden se verá obligado a ceder la presidencia en enero, cerrando así un capítulo en la historia política estadounidense marcado por profundas divisiones y desafíos internos.
El fin de una presidencia y el regreso de Trump
Biden asumió la presidencia en enero de 2021 tras derrotar a Trump en una de las elecciones más polarizadas y disputadas de la historia de EE. UU. Su promesa de restaurar la “alma de la nación” y sanar las heridas dejadas por la administración Trump fue central en su campaña. Sin embargo, menos de cuatro años después, el panorama político parece haber dado un giro inesperado, con Trump superando a Harris y los republicanos recobrando el control del Senado. Este cambio de poder marca el regreso de un viejo rival al ruedo político, lo que deja a Biden y a su administración con un sabor amargo al final de su mandato.
El presidente, quien se dirigió al público hizo una breve declaración tras el discurso de concesión de Harris, donde expresó su apoyo y elogios por su “campaña histórica” bajo circunstancias extraordinarias. Biden también reconoció el trabajo hecho durante su presidencia, especialmente en áreas como la lucha contra la pandemia, la aprobación de un billón de dólares en infraestructura y su gestión de la crisis de Ucrania. A pesar de estos logros, las encuestas de salida indicaron que muchos votantes estaban insatisfechos, sobre todo por el aumento de los costos derivados de la pandemia de COVID-19 y la frustración con el sistema de inmigración estadounidense.
El legado de Biden: Logros en un mandato breve
A lo largo de su presidencia, Biden abordó algunos de los desafíos más grandes en la historia reciente de Estados Unidos. A nivel doméstico, su administración enfrentó la pandemia del COVID-19, que mató a más de 2,000 personas al día en la semana de su toma de posesión. Sin embargo, su enfoque de salud pública y su impulso para la distribución de vacunas resultaron en una disminución significativa de las muertes y hospitalizaciones. Además, aprobó un ambicioso plan de infraestructura de un billón de dólares, destinado a modernizar carreteras, puentes y otros aspectos vitales de la infraestructura nacional, lo que impactará a las comunidades de todo el país durante décadas.
En política exterior, Biden también logró galvanizar el apoyo internacional para Ucrania tras la invasión rusa, manteniendo una coalición global de países en apoyo a Kiev, lo que le dio un cierto protagonismo en la diplomacia internacional. No obstante, el legado de Biden parece estar empañado por una serie de desafíos internos, muchos de los cuales se intensificaron durante su mandato.
Un voto de descontento: El legado de Biden bajo la lupa
A pesar de sus logros, las encuestas y los resultados de las elecciones sugieren que la satisfacción con su administración ha sido limitada. El descontento por los aumentos de los costos de vida tras la pandemia y las críticas a la política migratoria fueron temas clave en las preocupaciones de los votantes. Biden, quien en su campaña de 2020 prometió restaurar la decencia y unidad en el país, se enfrenta ahora a la realidad de un mandato breve marcado por una creciente polarización y falta de soluciones a las preocupaciones más inmediatas de los estadounidenses.
“Tal vez dentro de 20 o 30 años, la historia recuerde a Biden por algunos de estos logros”, señaló Thom Reilly, codirector del Center for an Independent and Sustainable Democracy de la Universidad Estatal de Arizona. “Pero en el corto plazo, no sé si podrá escapar del legado de ser el presidente que derrotó a Donald Trump solo para dar paso a una nueva administración de Trump cuatro años después”.
Un futuro incierto
En la víspera de su salida, Biden ha mantenido un perfil bajo, alejándose de la atención pública durante los últimos días. Aunque se ha comunicado con los demócratas que ganaron en las elecciones de medio término y realizó una llamada a Trump, a quien invitó a la Casa Blanca para una reunión que el presidente electo aceptó, su enfoque ahora parece ser más una transición política que un acto de resistencia.
Con la presidencia a punto de cederla y el retorno de Trump a la política, Estados Unidos se enfrenta a una nueva etapa de incertidumbre política. Biden, a pesar de su victoria histórica en 2020, no ha logrado consolidarse como una figura de unidad a largo plazo. Así, el país se prepara para un retorno al pasado político con un Trump 2.0, cuyo regreso pone en tela de juicio si el objetivo de Biden de restaurar la “alma” de la nación pudo haberse logrado alguna vez.
Crédito fotográfico: Bloomberg