En un caso que ha conmocionado a Francia, el juicio de Dominique Pélicot, un hombre de 71 años acusado de drogar a su esposa y permitir que decenas de hombres la violaran, ha comenzado en la ciudad de Aviñón. Pélicot, junto con otros 50 hombres, enfrenta cargos por los horribles crímenes que supuestamente ocurrieron durante casi una década.
Según los fiscales, los crímenes comenzaron en 2011, cuando Pélicot supuestamente comenzó a drogar a su esposa, Gisèle Pélicot, con pastillas para dormir y medicamentos contra la ansiedad. Luego, invitaba a hombres que conocía en línea a su hogar para violarla mientras ella estaba inconsciente. La operación ilícita de Pélicot fue descubierta en 2020, cuando fue sorprendido filmando bajo las faldas de mujeres en un centro comercial. La policía encontró miles de fotografías y videos de los abusos en su teléfono y computadora.
La investigación reveló que Pélicot había reclutado a los hombres a través de un sitio web de mensajería utilizado comúnmente por criminales, que desde entonces ha sido cerrado. Los hombres, que tenían entre 26 y 74 años, supuestamente siguieron reglas estrictas impuestas por Pélicot, como no hablar en voz alta, quitarse la ropa en la cocina y no usar perfume ni oler a tabaco. Algunos de ellos esperaban hasta una hora y media en un estacionamiento cercano para que los medicamentos surtieran efecto y Gisèle quedara inconsciente.
Gisèle Pélicot, de 72 años, renunció a su derecho legal al anonimato al inicio del juicio. En su testimonio, describió cómo su “mundo se derrumbó” cuando los investigadores le informaron sobre los años de abuso que habían sido planeados y grabados por su esposo. “Para mí, todo se estaba desmoronando. Todo lo que había construido durante 50 años”, declaró Gisèle en la corte. Solo en mayo de este año encontró el valor para ver algunas de las grabaciones descubiertas por la policía.
El juicio ha generado una gran atención mediática y ha horrorizado a la nación. Los abogados de Gisèle han enfatizado que ella no quería un juicio a puerta cerrada porque “eso es lo que sus atacantes habrían querido”. El juez presidente, Roger Arata, anunció que todas las audiencias serían públicas, cumpliendo con el deseo de Gisèle de “publicidad completa hasta el final” del caso.
El juicio, que se espera que dure varios meses, será una prueba dolorosa para Gisèle, quien por primera vez tendrá que revivir los abusos que sufrió durante una década. Sus abogados han señalado que ella no tiene recuerdos de los abusos, que descubrió solo en 2020. La familia de Gisèle, incluidos sus tres hijos, la ha apoyado durante todo el proceso.
El caso de Dominique Pélicot y los otros 50 hombres acusados ha sacudido a Francia y ha puesto de relieve la necesidad de una mayor protección para las víctimas de abuso sexual. A medida que el juicio avanza, la nación observa con atención, esperando justicia para Gisèle y un final a esta terrible saga de abuso y traición.