El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha anunciado su dimisión como líder del Partido Liberal y como primer ministro de Canadá, efectiva cuando se elija a su sucesor en un período que podría ser de 60 a 90 días.
Esta decisión se produce en un momento crítico para el Partido Liberal, que enfrenta una disminución en su popularidad y una crisis interna en el gobierno. Trudeau continuará en su puesto hasta que el Partido Liberal elija a un nuevo líder, previo a las elecciones nacionales programadas para octubre.
La renuncia de Trudeau se produce en un contexto de creciente descontento dentro de su partido y de la opinión pública. La salida abrupta de su ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, quien renunció el 16 de diciembre de 2024, puso en evidencia un tumulto cada vez mayor dentro de su gobierno.
Trudeau justificó su decisión alegando que su permanencia podría agudizar la polarización política y afectar negativamente al Parlamento. Además, mencionó que Canadá «merecía una verdadera opción en las próximas elecciones» y que enfrentaba «batallas internas» que sentía que serían una distracción.
Con la dimisión de Trudeau, el Partido Liberal se enfrenta a un período de incertidumbre política. Se espera que la elección de un nuevo líder sea un proceso que podría durar entre 60 y 90 días, lo que podría influir en los resultados de las próximas elecciones nacionales programadas para octubre.
La renuncia de Trudeau marca el fin de una era en la política canadiense, ya que asumió el cargo de primer ministro en 2015 y ha sido una figura central en la política del país durante casi una década. Su salida plantea interrogantes sobre el futuro del Partido Liberal y la dirección política que tomará Canadá en los próximos años.