El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha realizado una visita a Filadelfia como parte de una ofensiva encantadora denominada “Team Canadá”. Esta visita es la primera que Trudeau hace al sur de la frontera desde que su gobierno lanzó esta nueva estrategia de encanto en Estados Unidos.
Oficialmente, Trudeau está en Pensilvania tras aceptar una invitación para hablar en la convención cuadrienal de la Unión de Empleados de Servicios de América del Norte. Sin embargo, este viaje ocurre cinco meses después de que Trudeau enviara a sus ministros de industria y comercio internacional para liderar la nueva estrategia comercial con líderes empresariales estadounidenses, sindicatos y gobiernos estatales y municipales.
La estrategia surge en un momento crucial, ya que los estadounidenses se dirigen hacia una elección presidencial significativa para ambos países. Un posible regreso a la Casa Blanca de Donald Trump trae recuerdos de la relación bilateral difícil durante su primer mandato. Trump ya ha prometido introducir un impuesto plano de importación del 10% sobre todos los países si gana por segunda vez.
En enero, Trudeau reconoció que una segunda presidencia de Trump no está en la lista de deseos de Canadá. “No fue fácil la primera vez y si hay una segunda vez, tampoco será fácil”, dijo en un discurso en Montreal. En ese mismo discurso, señaló que pasó mucho tiempo durante la presidencia de Trump reuniéndose con gobernadores de estados de EE. UU. para recordarles cuánto dependen de Canadá.
La visita de un día de Trudeau a Filadelfia incluye una reunión con el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, una estrella en ascenso en el Partido Demócrata que está en una lista corta de personas que se espera que se postulen para la presidencia en 2028. Es una estrategia similar a la empleada durante la presidencia de Trump, cuando Ottawa evitó enfrentarse directamente a Trump tanto como fue posible y, en cambio, buscó a las empresas y gobiernos estatales que estaban más abiertos a las discusiones.
La relación bilateral durante el mandato del presidente Joe Biden ha sido más amistosa, aunque no sin sus propios desafíos. Canadá y EE. UU. han avanzado juntos en una serie de innovaciones tecnológicas limpias, incluyendo lazos crecientes en la cadena de suministro de vehículos eléctricos, que incluyen minerales críticos, baterías de VE y semiconductores. Sin embargo, inicialmente Biden tenía la intención de ofrecer un crédito fiscal atractivo solo para automóviles fabricados en América. Un esfuerzo total por parte de Canadá convenció a EE. UU. de expandirlo para incluir automóviles fabricados en América del Norte antes de que se finalizara el crédito.