La reciente estrategia de la vicepresidenta Kamala Harris en la campaña presidencial de 2024 explora cómo la “cultura de chicas” impulsada por figuras icónicas como Beyoncé, Taylor Swift y la película de Barbie puede influir en el electorado. Con el uso de canciones de Beyoncé en eventos y el apoyo de Swift, Harris pretende conectar con votantes jóvenes, especialmente mujeres, promoviendo el empoderamiento y la unidad. Los expertos debaten si estas alianzas culturales tendrán un “momento Oprah”, como en 2007 con Obama, pero destacan que tales figuras podrían ayudar a unir una coalición diversa, esencial para ganar votos.
Esta táctica, que incorpora símbolos modernos de feminismo y autonomía, refuerza la identidad de Harris y destaca temas de independencia y visibilidad femenina en la política, resonando con los cambios generacionales y el creciente interés en líderes femeninas. Las referencias a Swift y Beyoncé buscan proyectar una imagen de relevancia cultural y cercanía al electorado, especialmente en un contexto político polarizado donde el apoyo de celebridades podría impactar, incluso con influencia limitada en decisiones finales de voto.