
THE LATIN VOX (1 de Julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un raro y significativo gesto público, el líder norcoreano Kim Jong-un rindió homenaje a soldados de su país que murieron combatiendo en la guerra de Rusia contra Ucrania, confirmando así oficialmente lo que durante meses había sido negado: la presencia de tropas norcoreanas en el frente europeo.
Durante una gala conmemorativa celebrada este domingo en el Gran Teatro de Pyongyang Este, en honor al primer aniversario del tratado militar entre Corea del Norte y Rusia, se proyectaron imágenes inéditas de Kim colocando sus manos sobre los ataúdes cubiertos con la bandera nacional. Las fotografías mostraban seis féretros alineados, y en el público se vieron rostros serios y lágrimas.
El evento, que combinó actuaciones artísticas de Corea del Norte y Rusia, fue el primer reconocimiento explícito dentro del país de que soldados norcoreanos han muerto en combate en territorio extranjero desde la Guerra de Corea.
De la negación al heroísmo
La transición narrativa del régimen —de negar la participación militar a presentar a los soldados como “héroes del pueblo”— marca un cambio estratégico en la propaganda norcoreana.
Según la agencia surcoreana Yonhap, entre las imágenes proyectadas apareció una supuesta libreta manchada de sangre recuperada en la región rusa de Kursk, con mensajes como:
“El momento decisivo finalmente ha llegado”
“Luchemos valientemente esta batalla sagrada con el amor y la confianza ilimitados de nuestro amado Comandante Supremo”.
Aunque la fecha exacta del retorno de los cuerpos no ha sido revelada, el uso de ropa de invierno por parte de Kim y otros altos funcionarios, incluida su influyente hermana Kim Yo-jong, sugiere que el traslado ocurrió hace meses, y que el régimen decidió ahora revelar el momento como parte de una narrativa cuidadosamente elaborada.
“Corea del Norte busca enmarcar a los soldados caídos no como víctimas, sino como parte de una victoria épica,” explicó Hong Min, investigador del Instituto para la Unificación Nacional en Seúl. “Esto encaja con la reciente declaración de ambos países sobre el éxito de su operación conjunta en la región de Kursk”.
De las sombras al escenario internacional
La televisión estatal norcoreana KRT mostró a Kim visiblemente emocionado, sentado junto a su hija Kim Ju-ae y la ministra de cultura rusa, Olga Lyubimova. El evento estuvo cargado de simbolismo: banderas ondeando, soldados saludando, y una atmósfera solemne, destinada no solo a honrar a los muertos, sino a reforzar la alianza Pyongyang-Moscú ante los ojos de su población.
La agencia estatal KCNA describió la gala como “una expresión del vínculo de sangre y la genuina obligación internacionalista entre los pueblos y ejércitos de ambos países”.
15.000 soldados desplegados, 600 muertos
De acuerdo con legisladores surcoreanos, Pyongyang ha enviado alrededor de 15.000 soldados a Ucrania desde el otoño pasado, con unas 4.700 bajas, incluyendo al menos 600 muertos. Las cifras provienen del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, que además alertó sobre la posibilidad de nuevos despliegues en julio o agosto.
En abril, tanto Vladimir Putin como Kim Jong-un confirmaron públicamente la participación militar norcoreana, describiendo a las tropas como “héroes que han cumplido con su deber internacionalista”.
Además del envío de soldados, Corea del Norte ha suministrado grandes cantidades de municiones, misiles balísticos y otras armas a Rusia, en lo que se cree es un intercambio estratégico por tecnología armamentística, asistencia económica y colaboración espacial.
Monumentos y memoria
Kim prometió la construcción de un monumento en Pyongyang para honrar a sus soldados caídos y anunció que se colocarán flores ante sus tumbas. Estas acciones marcan una extraordinaria ruptura con la política tradicional norcoreana de secretismo extremo sobre sus operaciones exteriores.
La narrativa de sacrificio y victoria, cuidadosamente presentada en esta gala, parece tener una doble función: fortalecer la legitimidad del régimen ante su población y solidificar su papel en una alianza estratégica con Moscú, en un mundo cada vez más polarizado.
Crédito fotográfico: KRT/Reuters