La Casa Blanca aumentó el lunes la presión sobre Israel para que ponga fin pronto a los combates de alta intensidad que mantiene con Hamas en la Franja de Gaza, donde más de 200 personas han muerto en una semana de violencia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló por teléfono con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y le expresó su apoyo al derecho de Israel a defenderse, pero también le instó a buscar una “desescalada significativa” del conflicto en los próximos días.
Biden también se comunicó con el presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, que está mediando entre Israel y Hamas para lograr un alto el fuego. Biden agradeció a El-Sisi sus esfuerzos y le pidió que usara su influencia para frenar la violencia.
La posición de Biden refleja la creciente preocupación de la comunidad internacional por la situación humanitaria en Gaza, donde los bombardeos israelíes han causado la muerte de al menos 212 palestinos, entre ellos 61 niños, y han dejado más de 1.400 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Israel, por su parte, ha reportado 10 muertos, entre ellos dos niños, y más de 300 heridos, por el lanzamiento de más de 3.000 cohetes desde Gaza por parte de Hamas y otros grupos armados, que han alcanzado varias ciudades israelíes, incluida Jerusalén.
Israel ha rechazado hasta ahora las propuestas de tregua y ha dicho que continuará su ofensiva hasta destruir la infraestructura militar de Hamas, incluyendo su red de túneles subterráneos, que usa para transportar armas y combatientes.
El conflicto entre Israel y Hamas se desató el pasado 10 de mayo, tras semanas de tensiones en Jerusalén Este por los desalojos de familias palestinas y las restricciones al acceso a la Explanada de las Mezquitas. Desde entonces, se ha convertido en la peor escalada de violencia desde la guerra de 2014, que duró 50 días y dejó más de 2.000 muertos.