
THE LATIN VOX (24 de septiembre de 2025).- Daniela Medina.
En un gesto cargado de simbolismo político, la administración Trump inauguró este miércoles una nueva “Galería Presidencial” denominada «Presidential Walk of Fame» en los exteriores del ala oeste de la Casa Blanca, donde todos los expresidentes están representados en retratos dorados. Sin embargo, el lugar que correspondería al exmandatario Joe Biden no exhibe su retrato tradicional: en su lugar se muestra una imagen de un autopen firmando su nombre, en lo que muchos analistas han interpretado como una burla pública y un ataque simbólico.
Este cambio se suma a una serie de modificaciones estéticas y simbólicas que el equipo de Trump ha hecho en el complejo presidencial desde su regreso al poder, y que reflejan un conflicto político continuo con su predecesor.
Qué es un autopen y por qué es relevante en este contexto
El autopen es un dispositivo mecánico que reproduce de forma automatizada la firma de una persona, utilizando programación y movimiento mecánico. Es habitual que figuras públicas lo empleen para firmar volumen masivo de documentos oficiales, fotografías u objetos cuando no pueden firmarlos personalmente.
Trump ha señalado repetidamente el uso del autopen por parte de Biden como evidencia de que no firmaba documentos por sí mismo, insinuando una supuesta incapacidad cognitiva del expresidente. Este reemplazo del retrato –con la firma mecánica en lugar del rostro– es una reafirmación visual de esa narrativa.
Es importante subrayar que el uso del autopen es legal y ha sido utilizado por presidentes de ambos partidos en EE. UU. bajo la premisa de que la firma reproducida tiene validez si el presidente lo autoriza explícitamente.
Reacción política y simbólica
Por parte del equipo Trump
- La administración presentó el reemplazo como una decisión deliberada del propio Trump, quien ha sido un crítico constante del uso del autopen por Biden. Un funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, confirmó que la idea surgió del presidente.
- Este acto se integra con otras transformaciones decorativas que han suscitado atención mediática: reordenamientos de retratos de expresidentes, cambios en el diseño del Jardín de las Rosas, detalles dorados en la Oficina Oval, entre otros.
Por parte de Biden y sus allegados
- Hasta el momento, el equipo de Biden no ha hecho un comentario formal sobre el reemplazo del retrato.
- En declaraciones pasadas, Biden ha defendido que él tomó todas las decisiones y aprobó directamente las acciones oficiales que se le atribuyeron, incluso cuando usaba el autopen para ciertos documentos rutinarios.
Opinión pública y medios
- Medios y analistas critican el gesto como una afrenta simbólica que apunta a desacreditar públicamente la figura de Biden, más que una simple cuestión estética.
- Algunos observadores lo consideran un ejemplo claro del clima de polarización política, donde el poder cambia no solo contenido, sino símbolos, para redefinir narrativas históricas.
Implicaciones simbólicas e institucionales
Este reemplazo no es meramente decorativo: tiene varias aristas simbólicas e institucionales:
- Deslegitimación simbólica
Al sustituir el retrato de Biden por una firma automática, se refuerza la insinuación de que él no ejercía plenamente sus funciones, que sus decisiones no eran legítimas o que dependía de asistentes para firmar. - Control del relato histórico
El diseño del espacio presidencial, los retratos oficiales, la forma en que se muestran los presidentes anteriores: todo forma parte de la narrativa que el poder construye para legitimar su visión del pasado y del presente. - Precedente de cambio simbólico
Otros gobiernos podrían seguir esta lógica de reestructurar la memoria visual y simbólica del poder, moviendo rostros, sustituyendo retratos, alterando monumentos para hacer campaña desde el espacio institucional. - Polarización y desgaste institucional
Gestos de este tipo profundizan divisiones: ya no solo se compite por políticas, sino por quién tiene derecho a ocupar espacios simbólicos del Estado. Para muchos ciudadanos, este tipo de acto puede parecer mezquino, innecesario o agraviante.
Riesgos y tensiones futuras
- Conforme Trump siga remodelando la Casa Blanca y su simbología, podría aumentar la resistencia mediática, institucional o judicial sobre estos actos simbólicos.
- Podría iniciarse un ciclo de contragolpes simbólicos por parte de demócratas si regresan al poder: reinstalar retratos, reclamar restitución de símbolos borrados, demandas sobre el uso de espacios públicos presidenciales.
- Este tipo de provocaciones visuales puede distraer del debate de políticas reales: salud, economía, cambio climático, derechos civiles. Algunos analistas advierten que el exceso de simbolismo pone en peligro la atención pública sobre temas sustanciales.
Reflexión final
La decisión de la Casa Blanca de sustituir el retrato de Joe Biden por una imagen de su firma automática es mucho más que un detalle decorativo: es un acto cargado de significado político, histórico y simbólico. En una contienda política extremada, cada retrato, cada muro, cada pasillo se convierte en escenario para disputas de legitimidad.
Este episodio es un ejemplo contemporáneo de cómo el poder no solo gobierna mediante leyes, sino también mediante símbolos. Y eso no es menor: controlar qué imágenes vemos, qué memoria se exhibe y qué rostros permanecen visibles es una forma sutil pero poderosa de moldear cómo se recuerda la historia política de un país.
Fuente: edition.cnn.com
Foto: Google fotos cnn