El principio de Jordan es una norma que garantiza que los niños de las Primeras Naciones que viven en Canadá puedan acceder a los productos, servicios y apoyos que necesitan, cuando los necesitan, sin importar quién sea el responsable de pagarlos. Sin embargo, según la Sociedad de Cuidado, una organización que defiende los derechos de los niños indígenas, hay miles de solicitudes pendientes de aprobación por parte del gobierno federal, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar de los niños.
El principio de Jordan se creó en memoria de Jordan River Anderson, un niño de la Nación Cree de Norway House que murió en un hospital en 2005, a los cinco años, después de que los gobiernos federal y provincial no se pusieran de acuerdo sobre quién debía pagar su atención domiciliaria. En 2007, el Parlamento de Canadá aprobó una moción para apoyar el principio de Jordan, pero su aplicación ha sido lenta y desigual.
Según la Sociedad de Cuidado, desde 2016 se han aprobado más de 800.000 solicitudes del principio de Jordan, pero hay otras 20.000 que siguen esperando una respuesta. Además, el gobierno federal ha recurrido varias veces las órdenes del Tribunal de Derechos Humanos de Canadá que le exigen ampliar el alcance y la cobertura del principio de Jordan, así como compensar a los niños y familias afectados por la discriminación.
La Sociedad de Cuidado afirma que la demora en las solicitudes del principio de Jordan tiene graves consecuencias para los niños de las Primeras Naciones, que pueden sufrir daños irreparables o incluso perder la vida por no recibir los servicios que necesitan. Por ejemplo, la organización cita el caso de José Martínez, un niño de 12 años de la Nación Tsilhqot’in que vive en Williams Lake, Columbia Británica, que necesita una silla de ruedas adaptada para su condición neurológica, pero lleva más de un año esperando la aprobación del gobierno.
La Sociedad de Cuidado pide al gobierno federal que cumpla con sus obligaciones legales y morales y que respete los derechos de los niños de las Primeras Naciones. También insta a la sociedad canadiense a que se informe y se involucre en la defensa del principio de Jordan, que es un principio de justicia y equidad para los niños indígenas.