Galyna Danyliuk enfrenta una difícil separación de su hija y nietos desde que huyeron a Canadá tras la invasión rusa en Ucrania. Aunque extraña profundamente a su familia, esta peluquera de 68 años decidió quedarse atrás en Rivne, una ciudad en Ucrania, para proteger su hogar familiar. A pesar de sentirse sola, se consuela al saber que su familia está a salvo al otro lado del mundo, en Calgary, Canadá.
El motivo de la separación radica en las restricciones impuestas por el gobierno ucraniano, que prohíben a los hombres de entre 18 y 60 años abandonar el país debido a la invasión rusa. Aunque no están obligados a luchar, deben registrarse y permanecer en Ucrania. Esta medida ha mantenido a Anatolly Stepanchuk, el yerno de Danyliuk, en Ucrania, ya que tiene un trabajo y responsabilidades en el país.
A pesar de la soledad, Danyliuk se siente aliviada de que su familia esté segura en Canadá, especialmente su nieta Anastasiia, que vive allí desde 2018 y realiza investigaciones sobre demencia y Alzheimer en la Universidad de Calgary. Aunque su familia se está adaptando a su nueva vida en Canadá, Anastasiia y sus hermanos aún extrañan su hogar en Ucrania y se preocupan por la situación en su país natal.
A pesar de los desafíos y la incertidumbre, la familia demuestra una fuerte unidad y una profunda conexión con su tierra natal, y están dispuestos a regresar si es necesario. La historia de esta abuela ucraniana es un testimonio de la resiliencia de las familias que enfrentan la separación debido a conflictos internacionales y su deseo de un futuro mejor para sus seres queridos.