La preocupante escasez de viviendas sociales en Canadá ha llamado la atención de expertos y defensores de la vivienda, quienes instan al gobierno a tomar medidas para solucionar esta crisis. En ciudades como Toronto, los tiempos de espera para viviendas subsidiadas pueden extenderse hasta 15 años, lo que refleja un desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado de la vivienda.
La falta de viviendas asequibles es particularmente notoria en el sector de viviendas sin fines de lucro y sociales, que históricamente ha sido administrado por organizaciones benéficas y municipios. Esta escasez tiene sus raíces en la década de 1990, cuando el gobierno federal dejó de invertir en viviendas asequibles, creando una brecha significativa en la oferta.
El gobierno actual, bajo el liderazgo de Justin Trudeau, ha implementado una estrategia nacional de vivienda que promete más de $80 mil millones en un período de 10 años. Sin embargo, los expertos señalan que estos fondos no son suficientes para abordar la magnitud de la crisis de vivienda en el país.
El informe de la economista Rebekah Young de Scotiabank propone duplicar el inventario de viviendas sociales en Canadá para acercarse al promedio de la OCDE. Actualmente, más del 10% de la población canadiense se encuentra en «necesidad básica de vivienda», mientras que las viviendas sociales representan solo el 3.5% del total de viviendas en el país.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la implementación de la estrategia nacional de vivienda ha tenido desafíos y resultados mixtos. La construcción de viviendas asequibles ha enfrentado retrasos y dificultades, lo que pone en evidencia la necesidad de una inversión más significativa para abordar la crisis de vivienda de manera efectiva.
En última instancia, la necesidad de una solución a la crisis de vivienda es apremiante, ya que no solo afecta a la población en situación vulnerable, sino que también tiene implicaciones económicas y sociales más amplias en el país. Los expertos y defensores de la vivienda hacen un llamado al gobierno para que tome medidas concretas y aumente la inversión en viviendas asequibles para abordar este desafío de manera efectiva.