La estrategia climática de Trudeau, criticada por suavizar el impuesto al carbono

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El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha sido cuestionado por su compromiso con la lucha contra el cambio climático, después de que su gobierno anunciara una reducción del impuesto al carbono para algunas industrias.

El impuesto al carbono es una medida que busca desincentivar las emisiones de gases de efecto invernadero, cobrando un precio por cada tonelada de dióxido de carbono emitida. El gobierno de Trudeau lo estableció en 2018 y lo ha ido aumentando progresivamente, hasta llegar a los 40 dólares canadienses (31,5 dólares estadounidenses) por tonelada este año.

Sin embargo, el pasado jueves, el ministro de Medio Ambiente, Jonathan Wilkinson, anunció que algunas industrias, como la siderúrgica, la química y la cementera, tendrían una rebaja del impuesto al carbono, para evitar que se vieran perjudicadas por la competencia internacional.

Esta decisión ha generado críticas por parte de grupos ambientalistas, que la consideran una contradicción con el objetivo de Trudeau de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 y reducir las emisiones en un 40-45% para 2030.

“Es decepcionante ver al gobierno federal debilitar su política climática justo cuando más se necesita una acción ambiciosa”, dijo Dale Marshall, director nacional de políticas climáticas de Environmental Defence, una organización no gubernamental.

Por su parte, el gobierno de Trudeau ha defendido su estrategia climática, argumentando que el impuesto al carbono es solo una de las herramientas que utiliza, y que también está invirtiendo en energías renovables, transporte público, eficiencia energética y conservación de la naturaleza.

Además, el ministro Wilkinson aseguró que la reducción del impuesto al carbono para algunas industrias no afectará al cumplimiento de las metas de reducción de emisiones, ya que se compensará con otras medidas, como la regulación de los gases fluorados y el aumento de la producción de hidrógeno.


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