Linda, una abuela de 66 años que vive en Canadá, nunca imaginó que su búsqueda de amor en línea la llevaría a vivir una pesadilla. En 2019, conoció a un hombre que se hacía llamar Richard en un sitio web de citas. Él le dijo que era un ingeniero que trabajaba en proyectos en el extranjero y que pronto volvería a Canadá para estar con ella.
Durante meses, Linda y Richard intercambiaron mensajes, llamadas y fotos. Linda se enamoró de él y le envió miles de dólares para ayudarlo con supuestos problemas financieros y médicos. Sin embargo, todo era parte de una estafa romántica orquestada por una red criminal internacional.
En diciembre de 2019, Richard le pidió a Linda que viajara a Perú para recoger unos documentos y unos regalos que él le había enviado. Linda accedió, pensando que finalmente conocería a su amado. Sin embargo, al llegar a Lima, se encontró con un hombre llamado Frank, que se presentó como el asistente de Richard. Frank le entregó una maleta con los supuestos documentos y regalos y le dijo que la llevara a Canadá.
Lo que Linda no sabía era que la maleta contenía más de 2 kilos de cocaína ocultos en el forro. Al pasar por el control de seguridad del aeropuerto, los agentes antidrogas detectaron la droga y la detuvieron. Linda se quedó en shock y no podía creer lo que estaba pasando. “Quería desmayarme”, dijo.
Linda fue acusada de tráfico de drogas y enfrentaba una posible condena de 15 años de prisión en Perú. Su familia se enteró de su situación por las noticias y contactó con las autoridades canadienses para pedir ayuda. También se pusieron en contacto con un periodista de CTV News, que viajó a Perú para investigar el caso.
El periodista descubrió que Linda era una de las muchas víctimas de una estafa romántica que usaba a personas mayores y vulnerables como mulas de drogas. También encontró evidencias de que Richard y Frank eran falsos nombres usados por los estafadores, que operaban desde diferentes países.
Gracias al trabajo del periodista y a la colaboración de las autoridades peruanas y canadienses, Linda pudo demostrar su inocencia y fue liberada en marzo de 2020. Sin embargo, su calvario no terminó ahí. Linda tuvo que esperar varios meses para poder regresar a Canadá debido a la pandemia del COVID-19. Además, tuvo que lidiar con las secuelas psicológicas y económicas de la estafa.
Linda dijo que se sentía avergonzada y traicionada por lo que le había pasado. También advirtió a otras personas que tuvieran cuidado con los sitios web de citas y que no enviaran dinero a desconocidos. “No caigan en esto”, dijo. “Es muy doloroso”.