La huelga de los trabajadores del sector automotriz en Estados Unidos, que comenzó el 10 de octubre, está teniendo un impacto en la ciudad de Windsor, en Canadá, donde se ubican varias plantas de producción de piezas y vehículos. Los sindicatos canadienses están siguiendo de cerca la situación y expresan su solidaridad con sus colegas estadounidenses.
La huelga afecta a unos 60.000 trabajadores de la empresa Ford, que reclaman mejores salarios, beneficios y condiciones laborales. La negociación entre la empresa y el sindicato United Auto Workers (UAW) se ha estancado y no hay una fecha prevista para su resolución.
Mientras tanto, en Windsor, la huelga ha provocado la suspensión temporal de unos 2.000 trabajadores de la planta de motores de Ford, que depende de las piezas que llegan desde Estados Unidos. Además, otros 1.200 trabajadores de la planta de ensamblaje de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) también han sido afectados por la escasez de suministros.
Los representantes de los sindicatos canadienses Unifor y CAW han manifestado su apoyo a la huelga y han criticado la actitud de Ford, que consideran que está tratando de recortar los derechos de los trabajadores. Asimismo, han advertido que si la huelga se prolonga, podría tener consecuencias negativas para la economía y el empleo en Windsor y en todo el país.
La huelga de los trabajadores del sector automotriz en Estados Unidos es la más grande desde 1976 y pone en evidencia las tensiones que existen entre las empresas y los sindicatos en este sector. También muestra la interdependencia que hay entre las cadenas de producción de ambos países y la necesidad de alcanzar acuerdos justos y equitativos para todos los involucrados.