La ley de noticias en línea (Bill C-18) que impulsa el gobierno minoritario del primer ministro Justin Trudeau ha provocado una fuerte reacción por parte de la empresa Meta, que opera las plataformas de Facebook e Instagram, que ha bloqueado el acceso a las noticias canadienses desde hace casi dos meses. Esta medida afecta a millones de usuarios que no pueden informarse sobre lo que ocurre en sus comunidades a través de estas redes sociales.
La ley, que obligaría a las grandes empresas tecnológicas como Meta y Google a compensar económicamente a las empresas de noticias canadienses por las historias que aparecen en sus plataformas, ha sido apoyada por los grandes medios de comunicación como la CBC (que ya recibe financiación pública) y Torstar (que recientemente anunció el cierre de todos sus periódicos físicos Metroland y su traslado al ámbito digital). Sin embargo, los pequeños editores advierten que esta legislación tiene consecuencias nefastas para la prensa local y las audiencias que dependen de ella.
Meta ha bloqueado las noticias en respuesta a la ley C-18, que considera un “impuesto al enlace”, ya que dice que rompe el funcionamiento de la web y los motores de búsqueda desde hace más de 30 años y les expone a una responsabilidad financiera ilimitada. Otros expertos coinciden en que una ley tan defectuosa como la C-18 solo puede beneficiar a las grandes empresas mediáticas a costa de las pequeñas.
Los pequeños editores se quejan de la falta de acción y de la indiferencia de las autoridades canadienses, que no han detenido ni sancionado a los culpables ni han condenado públicamente estos ataques.
Los pequeños editores se quejan de la falta de acción y de la indiferencia de las autoridades canadienses, que no han intervenido para resolver una situación que ningún otro país del mundo está sufriendo. Además, temen que la ley C-18 les quite visibilidad y tráfico en las plataformas digitales, lo que reduciría sus ingresos publicitarios y pondría en riesgo su supervivencia.
Los defensores de la ley C-18 argumentan que las empresas tecnológicas se benefician de compartir las noticias canadienses y que, por tanto, deben entrar en acuerdos con las empresas para pagar por ese contenido. Pero ¿se beneficia más Meta de compartir nuestro contenido que nosotros, los editores, de estar presentes en sus plataformas? Meta dice que no, y los datos parecen darle la razón. Según un estudio realizado por News Media Canada, solo el 9% del tráfico total generado por los sitios web de noticias proviene de Facebook.
La ley C-18 podría crear un monopolio mediático en Canadá, donde solo unas pocas empresas dominarían el mercado informativo y recibirían compensaciones millonarias por parte de las tecnológicas. La CBC sería «probablemente el mayor beneficiario», lo que aumentaría su ventaja competitiva frente al resto. Esto supondría una amenaza para la diversidad y la pluralidad informativa, así como para el derecho a la información de los ciudadanos.
Algunos observadores han criticado la ley C-18 como un intento del gobierno liberal de Trudeau de mantenerse en el poder con el apoyo de los grandes medios afines. De hecho, recientemente el gobierno liberal ha llegado a un acuerdo con el Partido Democrático Nuevo (NDP) para asegurarse su respaldo hasta 2025. Los conservadores han denunciado este pacto como un “socialismo encubierto” y una muestra de la pérdida de control de Trudeau sobre su propio partido.
La ley C-18 está pendiente de ser debatida y votada en el Parlamento canadiense. Mientras tanto, los usuarios siguen sin poder acceder a las noticias canadienses en Facebook e Instagram, lo que dificulta su capacidad para analizar, comparar y verificar la información sobre lo que ocurre en su país. Los pequeños editores esperan que el gobierno reconsidere su posición y busque una solución equitativa y sostenible para el sector informativo canadiense.