Ryan King y Lisa McIntyre, una pareja de Peachland, Columbia Británica, se enfrentan a una multa de $1,000 y a acciones legales si no retiran su casa en miniatura de su propiedad rural para finales de abril1. Esta situación es uno de al menos dos casos en el Distrito Regional de Okanagan Central (RDCO) donde las personas que viven en hogares no convencionales están siendo presionadas para eliminar sus estructuras debido a preocupaciones de seguridad.
Hace ocho años, Ryan King importó un remolque personalizado desde los Estados Unidos y construyó una casa en miniatura en su terreno cerca de Peachland, a unos 25 kilómetros al suroeste de Kelowna, por aproximadamente $25,0001. La casa de 225 pies cuadrados está equipada con una cocina, dos dormitorios tipo loft, una pequeña estufa de leña y un baño con ducha y retrete de compostaje.
Durante cinco años, King y su esposa Lisa McIntyre vivieron un estilo de vida sostenible y fuera de la red con sus perros en su casa en miniatura sin ningún problema. Sin embargo, hace tres años, el distrito regional publicó una “orden de detención de trabajo” en su puerta delantera. Desde entonces, King y McIntyre han estado luchando con el distrito para permanecer en la casa.
Este caso pone de relieve la creciente tensión entre las autoridades locales y aquellos que buscan soluciones de vivienda alternativas en medio de una crisis de vivienda cada vez más grave.