La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha expresado su condena y consternación por el asesinato de dos periodistas franceses que fueron secuestrados y ejecutados por un grupo armado en el norte de Malí.
Los periodistas, identificados como Ghislaine Dupont y Claude Verlon, trabajaban para la emisora Radio France Internationale (RFI) y habían viajado a la localidad de Kidal para entrevistar a un líder rebelde tuareg.
Según el relato de las autoridades locales, los periodistas fueron interceptados por cuatro hombres armados cuando salían de la entrevista y fueron obligados a subir a un vehículo. Poco después, sus cuerpos fueron hallados a unos 12 kilómetros de Kidal, con varios disparos en la cabeza y el pecho.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el crimen de “indignante” y “atroz” y pidió a las autoridades de Malí que lleven a cabo una investigación “rápida y exhaustiva” para identificar y castigar a los responsables.
Asimismo, Ban expresó su solidaridad con los familiares, amigos y colegas de las víctimas, y reiteró el compromiso de la ONU con la libertad de prensa y la protección de los periodistas en todo el mundo.
Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, también condenó el asesinato y dijo que se trataba de un “acto de barbarie” y de un “ataque contra la democracia”. Hollande anunció que enviaría a su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, a Malí para coordinar la respuesta francesa y apoyar a las autoridades locales.
El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, que se encontraba en París para participar en una cumbre sobre la paz y la seguridad en África, expresó su “profundo dolor” y su “indignación” por el suceso y aseguró que haría todo lo posible para esclarecer los hechos y hacer justicia.
El asesinato de los periodistas franceses se produce en un momento de gran inestabilidad en el norte de Malí, donde operan varios grupos armados, algunos de ellos vinculados a Al Qaeda, que se enfrentan al gobierno central y a las fuerzas internacionales que lo respaldan.
Desde el año pasado, Francia lidera una intervención militar en Malí para ayudar a recuperar el control del territorio y restaurar la seguridad y la democracia en el país africano.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Malí es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, con al menos cinco periodistas asesinados desde 2012. El CPJ ha exigido que se ponga fin a la impunidad y que se garantice la seguridad de los profesionales de la información.