
THE LATIN VOX (23 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente de la OTAN, Mark Rutte, ha hecho un llamado urgente para intensificar el apoyo a Ucrania, señalando que la mejor manera de garantizar una paz sostenible con Rusia es poner al país en la posición más fuerte posible en la mesa de negociaciones.
Durante su intervención en el Foro Económico Mundial en Davos, el líder de la alianza militar más poderosa del mundo destacó que la guerra entre Rusia y Ucrania es un punto de inflexión para la seguridad global y para la estabilidad de Europa.
La amenaza de una victoria rusa
Rutte advirtió que un final desfavorable para Ucrania tendría graves repercusiones para la OTAN y para la estabilidad global. En sus palabras, una victoria de Vladimir Putin pondría al bloque occidental en una situación mucho más vulnerable.
«Si Ucrania pierde, los miembros de la OTAN tendrían que gastar billones adicionales en defensa», subrayó Rutte, advirtiendo que la seguridad de Europa y de Estados Unidos se vería comprometida a largo plazo.
Para el líder de la OTAN, un resultado positivo para Putin podría significar un fortalecimiento de su alianza con regímenes autoritarios como Corea del Norte, Irán y China, lo que pondría en riesgo el orden internacional basado en reglas.
Un llamado a la sostenibilidad en la paz
En relación con las posibles negociaciones de paz, Rutte insistió en la necesidad de un acuerdo que sea verdaderamente sostenible. El fracaso de los acuerdos de Minsk, que en 2014 pretendían poner fin al conflicto en Ucrania, mostró lo que ocurre cuando las soluciones no se implementan de manera eficaz, lo que dio pie a la invasión rusa a gran escala en 2022.
Según Rutte, no se puede permitir que la historia se repita, y cualquier acuerdo de paz con Rusia debe garantizar la estabilidad a largo plazo, sin concesiones que pongan en peligro la soberanía ucraniana ni la seguridad europea.
El futuro de Ucrania en la OTAN
El líder de la OTAN reafirmó su compromiso de que Ucrania será parte de la alianza en el futuro, aunque no especificó un cronograma claro. Esta declaración fue recibida con optimismo por varios líderes internacionales, pero también generó un fuerte desacuerdo en otros círculos.
Richard Grenell, el enviado especial de Donald Trump, criticó fuertemente la propuesta de Rutte, señalando que los miembros europeos de la OTAN deben aumentar su gasto en defensa antes de hablar de una expansión de la alianza. «No puedes pedirle al pueblo estadounidense que expanda el paraguas de la OTAN cuando los miembros actuales no están cumpliendo con su parte», dijo Grenell, subrayando que países como los Países Bajos deben aumentar significativamente su contribución al presupuesto de defensa de la OTAN.
Rutte admitió que Europa no está gastando lo suficiente en defensa y aceptó la crítica de Grenell. En este contexto, el líder de la OTAN indicó que, si bien el objetivo de gastar el 2% del PIB en defensa es un paso positivo, esta cifra podría no ser suficiente para enfrentar las amenazas emergentes en los próximos años. “Estamos seguros ahora, pero si nos mantenemos en el 2%, la OTAN colectivamente no podrá defenderse en cuatro o cinco años”, afirmó Rutte.
El papel de la Unión Europea y la defensa colectiva
La presión para aumentar el gasto en defensa no solo proviene de Estados Unidos. Líderes de países cercanos a Rusia, como Finlandia y Polonia, también han urgido a una mayor inversión en la defensa colectiva.
El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, insistió en que Ucrania debe convertirse en miembro de la Unión Europea y, a largo plazo, de la OTAN. «Esa es la única manera en que Putin pierde esta guerra, y pierde esta guerra de forma rotunda», dijo Stubb, subrayando la importancia de la integración de Ucrania en las estructuras de seguridad europeas.
Por su parte, el presidente polaco, Andrzej Duda, dejó claro que la OTAN debe ser más firme con Rusia: «Debemos lanzar medidas contundentes para obligar a Vladimir Putin a solicitar negociaciones de paz. No quiero rogarle a Putin que se siente a la mesa.Quiero que sea Putin quien suplique a Ucrania y a sus aliados cómo terminar esta guerra».
Esta postura refleja el sentimiento en varios países de Europa del Este, que ven la guerra en Ucrania no solo como un conflicto regional, sino como una amenaza existencial a la estabilidad de toda Europa.
Sanciones a Rusia: Una herramienta necesaria
La cuestión de las sanciones a Rusia también sigue siendo central en el debate. Edgars Rinkēvičs, presidente de Letonia, expresó que las sanciones a Rusia deben continuar incluso si se firma un acuerdo de paz.
«Debemos asegurarnos de que Rusia no se recupere, no recupere poder económico. Así que, incluso si hay un acuerdo, las sanciones y la presión económica deben seguir», afirmó Rinkēvičs, señalando que la estabilidad a largo plazo en Europa dependerá de la capacidad de la OTAN y la UE para mantener la presión sobre Rusia hasta que se logre un resultado final justo.
El futuro de Ucrania y la OTAN
Las declaraciones de Rutte y otros líderes internacionales resaltan la importancia de un enfoque firme y coordinado para enfrentar la amenaza de Rusia y asegurar la estabilidad a largo plazo en Europa. La cuestión de Ucrania y su integración futura en la OTAN seguirá siendo un tema clave en las conversaciones internacionales.
A medida que la guerra en Ucrania persiste, la comunidad internacional enfrenta decisiones difíciles sobre cómo apoyar a Ucrania, asegurar un acuerdo de paz sostenible y, al mismo tiempo, garantizar que la OTAN esté preparada para cualquier desafío futuro.
Mientras tanto, el conflicto sigue siendo una prueba decisiva para la unidad de Occidente y para el orden mundial post-Segunda Guerra Mundial, que podría cambiar irrevocablemente dependiendo del resultado de esta guerra.
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