La crisis de sobredosis de opioides en la provincia de Columbia Británica (BC) ha causado más de 7.000 muertes desde 2016. Ante esta situación, algunas organizaciones y expertos han propuesto la provisión segura de drogas como una medida para reducir el riesgo de consumir sustancias contaminadas o adulteradas.
La provisión segura de drogas consiste en ofrecer a los usuarios de drogas sustancias farmacéuticas o reguladas que sustituyan o complementen las que obtienen en el mercado ilegal. El objetivo es evitar que los usuarios se expongan a sustancias como el fentanilo, un opioide sintético que es 50 veces más potente que la heroína y que está presente en la mayoría de las sobredosis fatales.
Sin embargo, la provisión segura de drogas no es una solución mágica ni única para la crisis de sobredosis. Según algunos expertos, esta medida debe ir acompañada de otras intervenciones que aborden las causas y las consecuencias del consumo problemático de drogas.
Por ejemplo, el doctor Mark Tyndall, profesor de medicina en la Universidad de Columbia Británica y ex director ejecutivo del Centro BC para el Control de Enfermedades, señala que la provisión segura de drogas debe estar integrada en un sistema de atención sanitaria que ofrezca a los usuarios opciones terapéuticas, apoyo psicosocial y acceso a servicios básicos.
Asimismo, la doctora Bonnie Henry, oficial médica provincial de BC, afirma que la provisión segura de drogas debe complementarse con medidas que reduzcan el estigma y la discriminación que sufren los usuarios de drogas, así como con políticas que reformen el sistema legal y penal que criminaliza el consumo y la posesión de drogas.
La provisión segura de drogas es solo una parte de la solución a la crisis de sobredosis de opioides en BC. Se trata de una medida urgente y necesaria para salvar vidas, pero no suficiente para abordar el problema de fondo. Se requiere una respuesta integral y multidimensional que reconozca los derechos humanos y las necesidades individuales de las personas que usan drogas.