El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se encuentra en una situación complicada debido a los problemas surgidos con la implementación de su propuesta de reforma fiscal sobre las ganancias de capital. La estrategia de Trudeau, que pretendía aumentar la tasa de inclusión de las ganancias de capital del 50% al 66% para beneficios superiores a 250,000 dólares canadienses tanto para individuos como para empresas, no se ha desarrollado según lo planeado.
Inicialmente, esta medida buscaba cambiar el enfoque de la impopular tasa de carbono hacia el impuesto sobre las ganancias de capital, presentando a los opositores como defensores de los intereses de los más acaudalados. Sin embargo, la explicación de los cambios fiscales ha resultado ser tan problemática y la oposición tan fuerte, que los cambios propuestos no se incluyeron en el proyecto de ley de implementación del presupuesto.
A pesar de que el gobierno anunció claramente la intención de aumentar la tasa el 16 de abril, con una fecha de inicio prevista para el 25 de junio, el proyecto de ley C-69, presentado el 2 de mayo, no menciona en absoluto estos cambios en el impuesto sobre las ganancias de capital. Esto ha generado confusión y críticas, ya que es inusual que un gobierno no incluya una promesa presupuestaria importante en la legislación para ejecutar dichas promesas.
La situación se complica aún más para Trudeau, ya que una encuesta reciente revela que una mayor proporción de canadienses tiene una visión negativa del aumento propuesto en el impuesto sobre las ganancias de capital, en comparación con aquellos que lo ven de manera positiva. Muchos creen que los cambios fiscales podrían disminuir las inversiones y la innovación, debilitando potencialmente la economía. Por otro lado, un 38% considera que el aumento es justo y podría reducir la disparidad entre ricos y pobres.
Este revés fiscal se presenta como un desafío significativo para Trudeau, especialmente en un momento en que los datos de seguimiento post-presupuesto sugieren que los conservadores de la oposición mantienen una ventaja de 18 puntos porcentuales sobre los liberales gobernantes de Trudeau, con una elección en el horizonte para 2025.