
THE LATIN VOX (20 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La Comisión Europea ha dado un paso decisivo al acusar a dos de las mayores empresas tecnológicas del mundo, Google y Apple, de vulnerar las reglas de su nueva legislación digital, lo que podría acarrear sanciones millonarias y tensar aún más las relaciones entre Europa y Estados Unidos, en un contexto donde la administración de Donald Trump ya ha dejado claro que está dispuesta a responder ante lo que considera una “persecución” de las grandes corporaciones estadounidenses.
El 15 de marzo, la Comisión Europea avanzó con su acción regulatoria contra Google y Apple bajo la Ley de Mercados Digitales (DMA), una normativa pionera diseñada para asegurar que las empresas tecnológicas gigantes no abusen de su poder de mercado para distorsionar la competencia en el bloque europeo. Las sanciones por el incumplimiento de esta ley podrían ser draconianas, llegando hasta el 10% de los ingresos globales de las empresas infractoras, o incluso el 20% en caso de reincidencia.
Las acusaciones de la Comisión Europea
En el caso de Google, la Comisión Europea ha señalado que su motor de búsqueda prioriza los resultados de sus propios servicios sobre los de la competencia, una clara violación de las normas que exigen un trato “transparente, justo y no discriminatorio” hacia los servicios de terceros. Además, se ha acusado a la tienda de aplicaciones de Google, Google Play, de impedir que los desarrolladores orienten a los consumidores hacia otros canales donde podrían encontrar mejores ofertas.
Por su parte, Apple ha sido acusada de no permitir que otros fabricantes de dispositivos, como teléfonos inteligentes y auriculares inalámbricos, puedan conectar sus productos con los sistemas operativos de Apple, lo que impide una competencia real en el mercado. La Comisión también ordenó a Apple que facilite la apertura de sus sistemas para que los desarrolladores puedan hacer uso de ellos con mayor facilidad.
Estas acusaciones reflejan un esfuerzo por parte de la UE para promover una mayor competencia en el sector tecnológico, exigiendo que las gigantes tecnológicas estadounidenses permitan que otros actores del mercado puedan operar de manera justa en sus ecosistemas.
Reacciones de Google y Apple
Ambas empresas han mostrado su desacuerdo con las decisiones de la Comisión Europea. Un portavoz de Apple argumentó que las nuevas restricciones ralentizarán su capacidad de innovar en Europa y obligarán a la empresa a “regalar” sus nuevas características a compañías que no tienen que cumplir con las mismas reglas.
Además, Google expresó que las modificaciones solicitadas por la Comisión harán más difícil para los usuarios encontrar lo que buscan, lo que afectaría negativamente a las empresas europeas que dependen del tráfico generado por su motor de búsqueda.
A pesar de estas objeciones, la Comisión Europea mantiene que su objetivo es simplemente implementar la ley, proporcionando claridad regulatoria tanto a Apple como a los desarrolladores, y asegurando que se cumpla la competencia justa en el mercado digital europeo.
El impacto en las relaciones con EE. UU. y la amenaza de Trump
Las tensiones entre Europa y Estados Unidos sobre la regulación tecnológica no son nuevas. La administración de Donald Trump ya ha manifestado su descontento con las políticas europeas que afectan a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Trump ha insinuado que podría imponer aranceles a las empresas extranjeras en respuesta a las acciones regulatorias contra las compañías de su país.
Además, JD Vance, vicepresidente de EE. UU., ha criticado abiertamente las regulaciones excesivas sobre la inteligencia artificial, haciendo referencia a la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, y ha atacado otras iniciativas europeas como la ley de seguridad en línea del Reino Unido. En este contexto, el gobierno de Trump ve cualquier movimiento contra las empresas estadounidenses como una posible justificación para tomar medidas económicas punitivas.
Por otro lado, la Comisión Europea también ha abierto investigaciones sobre otras grandes compañías tecnológicas estadounidenses, como Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, en relación con su modelo de “pago o consentimiento” por el cual los usuarios deben pagar una tarifa mensual para acceder a una versión sin anuncios de las plataformas, lo que ha generado preocupaciones sobre el uso de datos personales para fines publicitarios.
¿Un cambio de paradigma en la regulación digital?
Lo que está en juego es mucho más que una simple disputa comercial: se trata de cómo se estructuran las relaciones entre los gigantes tecnológicos globales y las naciones que buscan ejercer un control más firme sobre el mercado digital.
Las empresas tecnológicas estadounidenses han dominado el mercado global durante años, y las medidas de la UE representan un desafío significativo a su poder. Si se imponen sanciones drásticas, podría sentar un precedente para otras naciones que buscan fortalecer sus propios marcos regulatorios en el ámbito digital.
En este contexto, las acciones de la UE podrían marcar el comienzo de una nueva era de regulación digital, en la que la competencia leal y la protección de los derechos de los consumidores se conviertan en los pilares fundamentales de la política tecnológica global.
Sin embargo, con la amenaza de represalias económicas por parte de la administración Trump, el futuro de la regulación digital en Europa y su relación con Estados Unidos se presenta incierto.
Lo que es indiscutible es que la batalla por el control del mercado digital se está intensificando, y tanto las empresas tecnológicas como los gobiernos de todo el mundo estarán observando de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos en Europa.
Crédito fotográfico: Dado Ruvić/Reuters