La UE lista para imponer más sanciones a Rusia tras Cumbre en Bruselas

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THE LATIN VOX (21 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En medio de una cumbre histórica en Bruselas, los líderes de la Unión Europea (UE) reafirmaron su compromiso de aumentar la presión sobre Rusia a través de nuevas sanciones, después de mantener conversaciones clave con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.

Sin embargo, la muestra de unidad se vio empañada por la negativa del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a respaldar una declaración de apoyo explícito a Ucrania, lo que reflejó una creciente fractura dentro del bloque en cuanto a cómo abordar el conflicto en Europa del Este.

El divorcio geográfico y la resistencia húngara

A pesar de la promesa unánime de endurecer las sanciones contra Rusia, la negativa de Orbán a firmar la declaración conjunta de apoyo a Ucrania fue un golpe simbólico para la cohesión de la UE. El texto de la declaración instaba a Rusia a mostrar “voluntad política real para terminar la guerra” y a cesar su agresión. Orbán ya había tomado una postura similar hace dos semanas, lo que resalta las crecientes diferencias dentro de la UE sobre cómo abordar la guerra en Ucrania y sus implicaciones geopolíticas.

Zelenskyy, al dirigirse a los líderes de la UE, expresó su frustración y urgió a los países del bloque a no disminuir la presión sobre Rusia. “Las sanciones deben mantenerse hasta que Rusia comience a retirarse de nuestras tierras y compense por completo los daños causados por su agresión”, subrayó el presidente ucraniano.

En un claro reproche hacia quienes han bloqueado el progreso de Ucrania, especialmente a nivel de la UE, Zelenskyy apuntó que “es simplemente anti-europeo cuando una persona bloquea decisiones que son importantes para todo el continente o que ya se han acordado”.

Europa y la necesidad de reforzar la defensa

A pesar de la división en torno a la postura frente a Rusia, la cumbre también reveló el deseo de Europa de tomar un rol más activo en su propia defensa. Los líderes de las principales potencias militares europeas, como el Reino Unido, Francia y Alemania, están discutiendo cómo asumir una mayor responsabilidad en la defensa del continente, al mismo tiempo que buscan asegurar una transición gradual de los costos financieros y militares del compromiso de Estados Unidos en Europa.

En una muestra de liderazgo francés, el presidente Emmanuel Macron elogió una política de “Comprar Europeo” que considera un cambio doctrinal importante, destacando la necesidad de hacer a Europa más independiente en términos de defensa.

Macron también anunció que la próxima semana se celebrará en París una reunión clave con Zelenskyy para discutir la situación de Ucrania y las medidas necesarias para garantizar su seguridad, incluyendo la ayuda militar inmediata y la posibilidad de desplegar tropas.

El desafío de la reforma del gasto en defensa

A pesar de la voluntad de muchos miembros de la UE de incrementar sus esfuerzos en la defensa, las discusiones sobre el presupuesto para rearmar Europa han revelado importantes fisuras geográficas.

En particular, países como España e Italia, que se encuentran por debajo del umbral del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) destinado a la defensa, argumentan que Europa no puede centrarse exclusivamente en las amenazas provenientes de Rusia, sino que también debe abordar cuestiones de seguridad más amplias, como el ciberterrorismo y la crisis climática.

El primer ministro español, Pedro Sánchez, expresó su desacuerdo con el término “rearmar”, utilizando en su lugar una definición más amplia de gasto en defensa que abarque diversas amenazas globales.

A su vez, la Comisión Europea ha propuesto un plan de rearmamento de 800.000 millones de euros, que incluye un paquete de préstamos de 150.000 millones de euros, aunque algunos países como los Países Bajos y Alemania se oponen a la creación de una deuda común para financiar estos proyectos.

En este sentido, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, hizo un llamado a una discusión más seria sobre la provisión de subvenciones para financiar las inversiones de defensa que necesitan los estados miembros.

Un futuro incierto para la defensa común

A pesar de los avances en la formulación de un plan común de defensa, la cumbre también expuso las tensiones sobre cómo distribuir el peso financiero y militar de la defensa europea. Jens Stoltenberg, ex secretario general de la OTAN, subrayó la importancia de que Europa y Canadá aumenten sus contribuciones al bloque, independientemente de las decisiones que tome Estados Unidos sobre su participación en la OTAN.

Según Stoltenberg, las diferencias anteriores en la alianza transatlántica se superaron gracias a la unidad, y la actual incertidumbre no debe llevar a los miembros de la OTAN a “abandonar la organización, sino a fortalecerla”.

En cuanto al futuro de las relaciones entre la UE y la OTAN, la situación sigue siendo incierta. Mientras los líderes europeos se esfuerzan por aumentar la cooperación y la autonomía defensiva, las tensiones internas podrían complicar los esfuerzos por una defensa unificada frente a la amenaza rusa.

La cumbre de Bruselas dejó claro que, a pesar de las divisiones internas y las diferencias geográficas, la UE sigue comprometida con la presión sobre Rusia y el fortalecimiento de su defensa común.

No obstante, las tensiones políticas y los desacuerdos sobre cómo distribuir los costos de rearmar Europa podrían seguir siendo un obstáculo importante para la unidad en los próximos meses.

Con la guerra en Ucrania en pleno desarrollo y la amenaza rusa más palpable que nunca, Europa se enfrenta a una encrucijada que podría definir su futuro geopolítico.

Crédito fotográfico: Olivier Hoslet/AFP Pool via Getty Images


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