
THE LATIN VOX (9 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
Las instituciones postsecundarias de Canadá están atravesando una transformación profunda: la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las aulas universitarias está redefiniendo la manera en que los estudiantes aprenden, investigan y se preparan para el mercado laboral. Lo que comenzó como una herramienta complementaria durante la pandemia se ha convertido en un componente esencial del entorno académico canadiense, generando tanto entusiasmo como preocupación entre educadores y expertos en ética digital.
Durante el último año, universidades como la de Toronto, McGill, British Columbia y Waterloo han incorporado programas de IA generativa en múltiples facultades. Estas herramientas capaces de redactar ensayos, analizar grandes volúmenes de datos o generar código se están utilizando para apoyar el aprendizaje personalizado, automatizar evaluaciones y fomentar la creatividad. Sin embargo, este avance no ha llegado sin tensiones. Profesores y administradores enfrentan el reto de equilibrar la innovación tecnológica con los principios académicos tradicionales de originalidad y pensamiento crítico.
“Estamos en un punto de inflexión histórico”, afirmó la rectora adjunta de la Universidad de Ottawa, Claire Desroches, en declaraciones a CBC. “La IA puede potenciar la educación si se usa con responsabilidad, pero también amenaza con erosionar la integridad académica si no se establecen límites claros”.
El desafío de la autoría y la ética
Uno de los mayores debates gira en torno a la autoría intelectual. ¿Hasta qué punto un trabajo generado parcialmente por una herramienta como ChatGPT o Gemini puede considerarse producto del esfuerzo de un estudiante? Para abordar este dilema, varias universidades han introducido políticas específicas sobre el uso de IA generativa, exigiendo transparencia y citación de las herramientas empleadas, del mismo modo que se haría con una fuente bibliográfica tradicional.
La Universidad de British Columbia (UBC), por ejemplo, ha implementado un “marco de alfabetización en IA” que busca enseñar a los estudiantes no solo a usar estas tecnologías, sino también a comprender sus implicaciones éticas, sociales y laborales. “No se trata de prohibir la IA, sino de formar usuarios críticos capaces de distinguir cuándo la tecnología ayuda y cuándo sustituye el pensamiento”, explicó la decana de Artes de UBC, Michelle Li.
Un impulso a la investigación y la innovación
A nivel investigativo, la IA está acelerando los descubrimientos científicos. Laboratorios de ingeniería biomédica, ciencias ambientales y economía utilizan algoritmos de aprendizaje automático para modelar escenarios complejos, optimizar experimentos y prever tendencias globales. Este avance ha permitido a Canadá posicionarse como líder en innovación educativa en el G7, con el gobierno federal destinando más de $200 millones de dólares en becas y subvenciones para la integración responsable de IA en la educación superior.
Sin embargo, el acceso desigual a la tecnología sigue siendo un obstáculo. No todas las instituciones disponen del mismo nivel de infraestructura o recursos para implementar sistemas avanzados de IA. Universidades rurales o pequeñas, especialmente en las provincias del Atlántico, advierten que la brecha digital podría ampliarse si no se adoptan políticas inclusivas.
Preocupaciones por la privacidad y el reemplazo docente
El entusiasmo por la IA también viene acompañado de temores crecientes. Organizaciones de docentes y sindicatos universitarios advierten que la automatización de tareas podría reducir la demanda de personal académico o administrativo. “No podemos permitir que la tecnología deshumanice el proceso educativo”, declaró Thomas Reilly, portavoz de la Federación Canadiense de Profesores Universitarios. Además, la recopilación masiva de datos estudiantiles por parte de plataformas digitales plantea serias preguntas sobre la privacidad y la protección de información personal.
Un futuro inevitable
A pesar de las controversias, el rumbo parece claro: la IA llegó para quedarse. Desde el diseño curricular hasta la investigación interdisciplinaria, la tecnología está reconfigurando el modelo educativo canadiense con un enfoque en la adaptabilidad, la innovación y la ética.
“Las universidades deben ser pioneras en el uso responsable de la inteligencia artificial”, afirmó la ministra federal de Ciencia y Educación Superior, Marie-Claude Leblanc. “Esto no es una moda pasajera, es el futuro del aprendizaje. Nuestra responsabilidad es asegurarnos de que ese futuro sea equitativo y humano”.
Fuente:/www.cbc.ca
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