Lenguaje corporal en el debate presidencial de EE.UU.

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FOTO: REUTERS

En el reciente debate presidencial en Filadelfia, los candidatos Donald Trump y Kamala Harris no solo se enfrentaron con palabras, sino también con un lenguaje corporal que habló por sí mismo. Expertos en comunicación no verbal han analizado cada gesto, mirada y postura, revelando aspectos cruciales sobre la verdadera naturaleza de los candidatos y sus estrategias.

Uno de los momentos más comentados fue el apretón de manos inicial. A diferencia de debates anteriores, donde los candidatos evitaron este gesto, Harris tomó la iniciativa y extendió su mano hacia Trump. Este acto no solo simbolizó cortesía y respeto, sino que también mostró la disposición de Harris para enfrentar a su oponente directamente. Trump, aunque inicialmente reacio, aceptó el saludo, lo que dejó a Harris con una sonrisa de satisfacción.

Durante el debate, Harris mostró signos de tensión en su cuello, especialmente al responder la primera pregunta. Los expertos notaron movimientos en su cartílago tiroideo y músculos tensos, lo que podría interpretarse como nerviosismo. Sin embargo, esta tensión disminuyó a medida que avanzaba el debate, permitiéndole proyectar una imagen más segura.

Trump, por otro lado, utilizó su sonrisa característica en varios momentos clave. Esta sonrisa, aunque a veces percibida como condescendiente, fue una herramienta para desarmar a su oponente y conectar con la audiencia. Los expertos señalan que, aunque su sonrisa puede parecer forzada, es efectiva para transmitir confianza y dominio.

Aunque Joe Biden no participó en este debate, su lenguaje corporal en debates anteriores sigue siendo un punto de referencia. En un análisis previo, se observó que su andar rígido y pasos cortos reflejaban su edad y posibles problemas de equilibrio. Estos detalles, aunque sutiles, pueden influir en la percepción pública de su capacidad para liderar.

El lenguaje corporal en los debates presidenciales ofrece una ventana única para entender a los candidatos más allá de sus palabras. Gestos como un apretón de manos, una sonrisa o la tensión en el cuello pueden revelar tanto o más que los discursos preparados. En este debate, tanto Trump como Harris utilizaron su lenguaje corporal para enviar mensajes claros a los votantes, demostrando que, en política, las acciones realmente hablan más fuerte que las palabras.


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