Leyes de muerte asistida en Canadá bajo escrutinio mientras se pausa la expansión nuevamente

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Canadá ha estado en el centro de atención internacional debido a sus leyes de muerte asistida en los últimos años. Con una tasa de 4.1% de muertes asistidas por médicos, Canadá se encuentra entre los países con las tasas más altas en el mundo. Sin embargo, los esfuerzos para hacer que este proceso sea más accesible están siendo cuestionados.

Hace casi una década, la ministra de justicia de Canadá anunció planes para legalizar la muerte asistida médicamente. En ese momento, reconoció que la ley propuesta podría ser divisiva. Algunos considerarían la muerte asistida médicamente como problemática, mientras que otros creerían que la legislación no iba lo suficientemente lejos.

Inicialmente, las leyes de muerte asistida médicamente permitían que solo los canadienses con enfermedades terminales fueran elegibles para el procedimiento. Sin embargo, en 2019, un juez en Quebec dictaminó que restringir el acceso a aquellos con una “muerte razonablemente previsible” era inconstitucional. Esto obligó a los legisladores federales a modificar y ampliar las leyes existentes.

El experimento de Canadá en la muerte asistida por médicos ha sido objeto de atención internacional, incluyendo un artículo en la revista The Atlantic el año pasado que investigó cómo las leyes de muerte asistida del país “se desviaron”. En 2021, tres expertos en derechos humanos de la ONU advirtieron que la expansión de la ley para permitir que personas con condiciones crónicas soliciten la muerte asistida crearía un “sistema de dos niveles” y empujaría a las personas con discapacidades hacia el suicidio.

Los datos gubernamentales muestran que 13,102 personas pusieron fin a sus vidas mediante la muerte asistida médicamente en 2022, un aumento del 30% con respecto al año anterior. La mayoría citó la “pérdida de la capacidad para participar en actividades significativas de la vida” como la razón para querer morir. Sin embargo, otras respuestas han preocupado a los expertos en salud. Más de un tercio de los encuestados dijeron que su decisión se basó, en parte, en la sensación de ser una carga percibida para la familia, amigos o cuidadores.

Canadá se encuentra en una encrucijada, debatiendo cómo equilibrar la autonomía individual y la protección de las personas vulnerables en el contexto de la muerte asistida. El país continúa siendo un referente en este tema, pero las opiniones siguen divididas sobre cómo mejorar la calidad de vida y la muerte en la nación


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