En el círculo íntimo de Justin Trudeau, no hay duda al respecto: el primer ministro liderará a su partido en lo que promete ser una dura batalla electoral contra Pierre Poilievre y los Conservadores en 2025. Trudeau afirma que quiere defender su visión del país y siente que su legado está amenazado. Aunque las encuestas no favorecen a los Liberales, quienes están luchando por superar la brecha de 15 a 20 puntos que los separa de los Conservadores, aquellos cercanos al primer ministro señalan que está acostumbrado a ser subestimado y rinde bien bajo presión.
Sin embargo, en los pasillos del Parlamento, muchos Liberales están preocupados. Algunos diputados temen perder sus escaños, mientras que otros creen que un cambio de liderazgo es necesario para el bien del país.
Un miembro del Parlamento Liberal expresó: “Estaríamos mejor cambiando de líder por el bien de nuestro país”. Aunque tiene mucho respeto por Trudeau y sus logros, teme que la impopularidad del primer ministro afecte al partido. La fatiga pública con el liderazgo de Trudeau parece haber alcanzado un punto sin retorno.
Otro funcionario electo, indeciso sobre el futuro de Trudeau, comparó el ambiente político con los últimos meses del mandato de Kathleen Wynne como primera ministra de Ontario antes de su derrota aplastante por Doug Ford en 2018. Si Trudeau no se retira por voluntad propia, algunos ya están decepcionados y esperan un cambio de liderazgo.