El rapero Lil Durk ha sido arrestado en Chicago bajo acusaciones de estar involucrado en un complot de asesinato por encargo, un desarrollo que ha conmocionado tanto a sus fanáticos como a la industria del hip-hop. El arresto se llevó a cabo el 24 de octubre, cuando la policía local y el FBI realizaron una operación en su hogar. Según las autoridades, el rapero participó en un plan para eliminar a un rival en el ámbito musical, lo que ha reabierto el debate sobre la violencia en la cultura del rap.
La investigación se centra en una serie de mensajes de texto y llamadas telefónicas que supuestamente implican a Lil Durk en la planificación del ataque. Los cargos incluyen conspiración para cometer asesinato, y su abogado ha defendido la inocencia del rapero, argumentando que las pruebas son insuficientes. «Estamos seguros de que, tras revisar todos los hechos, se demostrará que Lil Durk no tuvo participación en este asunto», afirmó su abogado.
La noticia ha generado reacciones mixtas en la comunidad. Mientras muchos seguidores expresan su apoyo, algunos líderes comunitarios han señalado la necesidad de abordar la violencia en la música. Este arresto plantea serias preguntas sobre cómo la vida personal de los raperos puede influir en su arte y viceversa. La atención ahora se centra en cómo este caso afectará la carrera de Lil Durk y el futuro de la cultura del hip-hop.