Los trabajadores canadienses están recurriendo cada vez más a la huelga como forma de presionar a sus empleadores para que mejoren sus salarios y condiciones laborales, ante el aumento de la inflación y los beneficios empresariales. Y según una encuesta reciente, los canadienses muestran más simpatía y apoyo a los trabajadores en huelga que en el pasado.
La encuesta, realizada por la firma Leger para el Sindicato Canadiense de Empleados Públicos (CUPE), reveló que el 69 por ciento de los canadienses apoya a los trabajadores en huelga, frente al 58 por ciento que lo hacía en 2019. Además, el 74 por ciento de los encuestados dijo que las empresas deberían compartir sus beneficios con sus empleados, y el 72 por ciento dijo que los trabajadores deberían recibir aumentos salariales para compensar la inflación.
La encuesta se realizó entre el 10 y el 12 de septiembre de 2023, con una muestra de 1.529 canadienses mayores de 18 años. El margen de error es de más o menos 2,5 puntos porcentuales, 19 veces de cada 20.
El presidente nacional de CUPE, Mark Hancock, dijo que los resultados de la encuesta reflejan el creciente descontento de los trabajadores con la brecha entre los ricos y los pobres, y la falta de respeto de los empleadores hacia sus empleados. “Los trabajadores están hartos de que les digan que se aprieten el cinturón mientras ven cómo sus jefes se llenan los bolsillos”, dijo Hancock.
Según Statistics Canada, la tasa de inflación anual de Canadá alcanzó el 4,1 por ciento en agosto, el nivel más alto desde marzo de 2003. Al mismo tiempo, las empresas canadienses registraron un aumento del 86,8 por ciento en sus beneficios netos en el segundo trimestre de 2023, en comparación con el mismo período del año anterior.
Entre los sectores más afectados por las huelgas se encuentran la educación, la salud, el transporte y la minería. Algunos ejemplos recientes son la huelga de los trabajadores ferroviarios de Canadian Pacific Railway, que lograron un nuevo acuerdo colectivo tras cuatro días de paro; la huelga de los profesores auxiliares de la Universidad McGill, que reclaman mejores salarios y beneficios; y la huelga de los mineros de níquel de Vale en Sudbury, que llevan más de cuatro meses sin trabajar.
Los expertos coinciden en que la tendencia a las huelgas podría continuar en los próximos meses, a medida que los trabajadores exijan una mayor participación en la recuperación económica tras la pandemia. Sin embargo, también advierten que las huelgas podrían tener efectos negativos sobre el crecimiento económico, el suministro de bienes y servicios y la confianza de los consumidores.