Los jugadores de críquet canadienses están ilusionados con el futuro de su deporte, tanto a nivel nacional como internacional, gracias a sus buenos resultados en las competiciones y a la posibilidad de que el críquet vuelva a ser olímpico después de más de un siglo. Así lo han expresado algunos de los integrantes del equipo nacional, que se preparan para disputar el torneo clasificatorio para la Copa Mundial de Críquet de 2023 en Namibia.
El capitán del equipo, Saad Bin Zafar, ha destacado el crecimiento y la diversidad del críquet en Canadá, donde se practica desde hace más de 150 años y donde hay más de 100.000 jugadores registrados. Zafar, que llegó a Canadá desde Pakistán a los 17 años, ha señalado que el críquet es una forma de integración y de conexión con las raíces culturales de muchos inmigrantes. Además, ha resaltado el talento y el potencial de los jóvenes jugadores canadienses, que han demostrado su nivel en torneos internacionales.
Otro jugador destacado es Nitish Kumar, que se convirtió en el jugador más joven en debutar en una Copa Mundial de Críquet en 2011, con solo 16 años. Kumar ha afirmado que el críquet canadiense ha mejorado mucho desde entonces, tanto en infraestructura como en rendimiento. También ha expresado su confianza en clasificar para la Copa Mundial de 2023, que se celebrará en India, y ha manifestado su ilusión por participar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, si el Comité Olímpico Internacional aprueba la inclusión del críquet.
El críquet fue olímpico por primera y única vez en los Juegos Olímpicos de París 1900, donde solo participaron dos equipos: Gran Bretaña y Francia. Desde entonces, el críquet ha crecido mucho en popularidad y se ha extendido por todo el mundo, especialmente en Asia, Oceanía, África y el Caribe. Actualmente, hay más de 100 países afiliados a la Federación Internacional de Críquet (ICC, por sus siglas en inglés), que ha impulsado la candidatura olímpica del críquet junto con otras organizaciones regionales y nacionales.
Los jugadores de críquet canadienses esperan que el regreso olímpico del críquet les brinde más oportunidades y reconocimiento, así como más apoyo financiero y mediático. También esperan que el críquet contribuya al desarrollo social y deportivo de Canadá y al fomento de los valores olímpicos.