Los líderes del G20, el grupo de las 20 economías más grandes del mundo, han logrado acordar una declaración conjunta al final de su cumbre de dos días en Roma, que se ha celebrado bajo la sombra de la tensión entre Rusia y Ucrania.
La declaración, que consta de 58 puntos, aborda diversos temas de interés global, como la recuperación económica tras la pandemia, el cambio climático, la seguridad alimentaria, la igualdad de género y la cooperación sanitaria.
Sin embargo, uno de los puntos más delicados ha sido el referido a la situación en Ucrania, donde Rusia ha desplegado miles de tropas cerca de su frontera, lo que ha generado temores de una posible invasión o escalada militar.
La declaración del G20 expresa su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, y llama a una solución pacífica del conflicto mediante el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, firmados en 2015 entre Rusia y Ucrania con la mediación de Alemania y Francia.
Sin embargo, la declaración también evita condenar explícitamente a Rusia o imponerle sanciones, lo que supone una rebaja respecto a la postura más firme que habían adoptado algunos países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que no asistió a la cumbre presencialmente sino por videoconferencia, ha negado cualquier intención agresiva hacia Ucrania y ha acusado a Occidente de provocar una crisis artificial.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que se reunió con Putin al margen de la cumbre, ha dicho que espera que Rusia respete los compromisos adquiridos y que está dispuesto a dialogar para reducir las tensiones.
La canciller alemana, Angela Merkel, que participó en su última cumbre del G20 antes de dejar el cargo, ha instado a mantener el canal de comunicación abierto con Rusia y a evitar una confrontación innecesaria.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha expresado su preocupación por la amenaza rusa a Ucrania y ha reiterado su solidaridad con el pueblo ucraniano.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha calificado la situación en Ucrania de “muy grave” y ha advertido a Rusia de que habrá consecuencias si viola la soberanía ucraniana.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que no fue invitado a la cumbre del G20 pero sí a una reunión previa del G7, ha agradecido el apoyo de sus aliados y ha pedido más presión sobre Rusia para evitar una guerra.