Los Países Bajos honran a los soldados indígenas canadienses enterrados en sus tierras

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El gobierno de los Países Bajos ha anunciado un plan para honrar a los soldados indígenas canadienses que murieron y fueron enterrados en su país durante la Segunda Guerra Mundial. El plan consiste en colocar placas conmemorativas con símbolos indígenas en las tumbas de estos soldados, que formaron parte de las fuerzas aliadas que liberaron a los Países Bajos de la ocupación nazi.

El plan es el resultado de una iniciativa de la Fundación Faces to Graves, una organización holandesa que se dedica a investigar y preservar la historia de los soldados canadienses enterrados en el cementerio militar canadiense de Groesbeek, cerca de la ciudad de Nimega. La fundación descubrió que al menos 16 de los más de 2.300 soldados canadienses enterrados allí eran indígenas, pertenecientes a diversas naciones como los cree, los mohawk, los ojibwa y los métis.

La fundación se puso en contacto con las familias y las comunidades de estos soldados para obtener su consentimiento y su colaboración para diseñar las placas conmemorativas, que incluirán sus nombres, sus rangos, sus fechas de nacimiento y de muerte, y sus símbolos indígenas. La fundación espera que las placas estén listas para el próximo año, coincidiendo con el 80º aniversario de la liberación de los Países Bajos.

El gobierno holandés ha expresado su apoyo al plan y ha elogiado el trabajo de la fundación. El ministro de Asuntos Exteriores, Sigrid Kaag, dijo que se trataba de un “gesto hermoso” y una “forma de reconocer y honrar la diversidad y el sacrificio” de los soldados canadienses. Kaag también dijo que el plan era una oportunidad para fortalecer los lazos entre los Países Bajos y Canadá, así como entre los Países Bajos y las comunidades indígenas canadienses.

El plan también ha sido bien recibido por las autoridades canadienses y por los representantes indígenas. El embajador de Canadá en los Países Bajos, Lisa Helfand, dijo que se sentía “orgullosa y conmovida” por el plan y que era una forma de “honrar la memoria y el legado” de los soldados indígenas. El jefe nacional de la Asamblea de Primeras Naciones, Perry Bellegarde, dijo que el plan era un “acto de reconciliación” y una forma de “reconocer y respetar” la contribución de los pueblos indígenas a la historia canadiense.

Los soldados indígenas canadienses jugaron un papel importante en la liberación de los Países Bajos, que duró desde septiembre de 1944 hasta mayo de 1945. Los soldados indígenas se distinguieron por su valentía, su habilidad y su espíritu guerrero. Algunos de ellos fueron reconocidos con medallas y condecoraciones por sus acciones heroicas. Sin embargo, muchos de ellos también sufrieron discriminación, marginación y olvido tras su regreso a Canadá.

El plan para honrar a los soldados indígenas canadienses enterrados en los Países Bajos es un paso más para recuperar su historia y su dignidad. También es una muestra del profundo agradecimiento y la amistad que existen entre los Países Bajos y Canadá, dos países que comparten valores comunes y que siguen cooperando en diversos ámbitos.


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