Marineland advierte que podría tener que eutanasia sus belugas si no recibe ayuda federal urgente

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THE LATIN VOX (3 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.  

El parque marino Marineland, ubicado cerca de las cataratas del Niágara, ha emitido un aviso desgarrador: sin apoyo financiero inmediato del gobierno canadiense, podría verse obligado a eutanasia sus belugas restantes. La solicitud llega tras el rechazo del gobierno federal a autorizar la exportación de estas ballenas a China, lo que dejaba pocas opciones viables para su reubicación.

Marineland ha estado en crisis operativa: cerrado al público desde 2024, con deudas crecientes y sin compradores identificados, el parque afirma que ya no puede costear el cuidado diario de sus cetáceos, cuyo sustento mensual supera los costos operativos normales.

Motivos que llevaron al ultimátum y el estado actual del parque

Negativa a la exportación y cierre de rutas de salvación

En días recientes, el gobierno federal, a través de la ministra de Pesca Joanne Thompson, negó la solicitud de Marineland para exportar sus 30 belugas al Chimelong Ocean Kingdom en China, argumentando que mantener a estas ballenas en instalaciones de entretenimiento va en contra de la intención ética de la legislación existente.

Esta negativa profundizó el dilema: Marineland sostiene que no existe un santuario disponible en Canadá con capacidad suficiente para alojar las belugas, por lo que su única alternativa viable habría sido su traslado internacional.

Costos operativos insostenibles y deterioro financiero

El parque asegura que los costos para alimentar, medicar y atender a las ballenas superan lo que puede sostener financieramente. Sin ingresos por turismo —el parque está cerrado al público desde el verano de 2024—, los recursos financieros están al límite.

Marineland ha informado a Ottawa que debe recibir fondos de emergencia o enfrentar la degradación de las condiciones de vida de los cetáceos o la eutanasia como medida de último recurso.

Legales y regulatorios: el marco legal canadiense

Desde 2019, Canadá cuenta con la ley Ending the Captivity of Whales and Dolphins Act, que prohíbe la captura, comercio y uso de ballenas y delfines con fines de entretenimiento.

Aunque esta ley no se aplica retroactivamente a los cetáceos ya cautivos, impide que nuevos animales sean ingresados o criados en cautiverio. Esto limita opciones de expansión o reemplazo para Marineland.

Con la exportación vetada y sin opciones domésticas claras para reubicarlos, las belugas entran en una zona gris legal donde las decisiones quedan sujetas a la discrecionalidad del parque y del gobierno.

Reacciones políticas, éticas y sociales

Condena, peticiones de rescate y presión pública

Organizaciones de bienestar animal y activistas han expresado indignación frente al ultimátum de Marineland, y piden al gobierno que intervenga antes de que ocurra una tragedia. Algunos han llamado a financiamiento urgente o apoyo para santuarios marítimos en Canadá.

El premier de Ontario, Doug Ford, ha manifestado su decepción por la negativa del gobierno federal a permitir la exportación y ha solicitado que se reconsidere la decisión, instando a que se encuentren “hogares viables” para las ballenas, incluso en exportación escalonada.

Dilemas éticos: eutanasia como “opción compasiva”

Marineland plantea la eutanasia como una medida de última instancia para evitar sufrimientos mayores si las condiciones de cuidado se deterioran. Este argumento es controversial, pues abre debates sobre la moralidad de sacrificar animales para evitar que vivan en condiciones subóptimas.

Críticos sostienen que antes de contemplar la eutanasia, el gobierno debe explorar todas las vías posibles de reubicación, mejora de instalaciones o financiamiento público. La eutanasia debe ser una excepción, no la norma.

Riesgo de precedentes peligrosos

Si el gobierno cede ante la presión de que se permita la eutanasia como salida viable, podría sentar un precedente preocupante para otros animales en cautiverio en crisis. La responsabilidad estatal en casos así es objeto de escrutinio: ¿hasta qué punto puede permitirse que las condiciones impongan decisiones letales?

Opciones y escenarios hacia el futuro

  1. Financiamiento de emergencia para sostener cuidado temporal
    El gobierno federal podría otorgar fondos urgentes para que Marineland mantenga condiciones dignas durante meses, mientras se busca una solución estructural.
  2. Reinicio de negociaciones de exportación con condiciones estrictas
    Aunque la solicitud anterior fue rechazada, podría retomarse una propuesta con cláusulas garantistas: uso no comercial, calidad mínima, supervisión internacional y prohibición de espectáculos.
  3. Evaluación acelerada de santuarios internos
    Proyectos como el Whale Sanctuary Project en Nueva Escocia (Canadá) podrían ser acelerados para aceptar belugas dentro del país, aunque su capacidad aún es limitada.
  4. Eutanasia dirigida como solución disruptiva
    Si no hay alternativa viable y el parque pierde capacidad operativa, algunas o todas las ballenas podrían ser sacrificadas bajo supervisión veterinaria para evitar sufrimiento.
  5. Intervención estatal o nacionalización del cuidado
    El gobierno federal o provincial podría tomar custodia de las ballenas y asumir los costos del cuidado, aunque esto implicaría compromiso financiero a largo plazo.

La situación de las belugas en Marineland es un espejo crítico de tensiones entre leyes, ética animal, responsabilidad gubernamental y sostenibilidad institucional. Si el gobierno no actúa con urgencia, un parque con décadas de controversias podría quedar con solo dos vías dramáticas: eutanasia o asumir un costoso cuidado perpetuo.

Este episodio será recordado como prueba de cómo una sociedad trata a sus especies cautivas en crisis. La decisión de los próximos días marcará no solo el destino de estas ballenas, sino también los límites de compasión, política y compromiso público en el manejo del bienestar animal.

Fuente: www.cbc.ca

Foto. Google fotos


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