Ottawa fue testigo de un cambio significativo en su liderazgo político. Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, asumió el cargo de primer ministro tras la dimisión de Justin Trudeau. Carney, de 59 años, se convierte en el primer líder canadiense sin experiencia parlamentaria previa, habiendo obtenido el 85.9% de los votos en la elección interna del Partido Liberal.
La transición se produce en un momento de crecientes tensiones con Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha impuesto aranceles a productos canadienses y ha insinuado la posibilidad de que Canadá se convierta en el estado número 51 de la Unión Americana. En su discurso de aceptación, Carney rechazó enérgicamente estas amenazas, afirmando que tales acciones «destruirían nuestro modo de vida».
Carney, reconocido por su gestión durante la crisis financiera de 2008 y el Brexit, enfrenta ahora el desafío de defender la soberanía canadiense y revitalizar la economía nacional. Su experiencia en finanzas y su liderazgo en tiempos de crisis han generado expectativas sobre su capacidad para navegar en este complejo panorama político y económico.
La dimisión de Trudeau, anunciada el 6 de enero de 2025, se produjo tras una serie de pérdidas en elecciones parciales y una disminución en el apoyo público. A pesar de los desafíos, Trudeau expresó su confianza en la resiliencia de los canadienses y en la capacidad del país para superar las adversidades.
Carney ha manifestado su intención de convocar a elecciones anticipadas para reforzar su mandato y abordar con firmeza las amenazas externas. Las encuestas actuales muestran una competencia cerrada entre el Partido Liberal y el Partido Conservador, lo que sugiere que el resultado de las próximas elecciones será crucial para el futuro de Canadá.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca cómo Canadá maneja esta transición y enfrenta los desafíos planteados por su vecino del sur. La capacidad de Carney para liderar al país en este período crítico será determinante para mantener la estabilidad y prosperidad de la nación.