Mark Carney afirmó que «Canadá nunca será parte de EE. UU.», tras juramentar como primer ministro

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THE LATIN VOX (15 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un giro político inesperado, Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, asumió el cargo de primer ministro de Canadá como el 24º líder del país, llevando consigo una declaración tajante ante las crecientes amenazas de anexión por parte de Donald Trump.

Carney, quien asumió el poder tras una victoria aplastante en la carrera interna del Partido Liberal con un 85.9% de los votos, dejó claro desde el principio que «Canadá nunca, en ninguna forma o circunstancia, será parte de los EE. UU.».

La declaración de Carney fue un contundente rechazo a las propuestas de Trump, quien recientemente había sugerido que Canadá estaría mejor como el «51º estado de EE. UU.». «Eso es una locura, no hay otra forma de decirlo», añadió Carney, dejando en claro que Canadá es «un país fundamentalmente diferente».

Además, destacó la necesidad de que Estados Unidos respete la soberanía canadiense, pero también expresó su esperanza de que su gobierno pueda encontrar formas de «trabajar juntos» con la administración Trump, a pesar de las tensiones actuales.

Carney, quien no tiene experiencia electoral previa y no ocupa un escaño en la Cámara de los Comunes, se enfrenta a una paradoja política inusual en la historia canadiense. Su ascenso repentino a la oficina de primer ministro ha sido acompañado por una serie de desafíos inmediatos, particularmente en lo que respecta a la guerra comercial con Estados Unidos.

La creciente tensión entre los dos países ha generado preocupaciones sobre el impacto económico de las tarifas arancelarias impuestas por EE. UU., que podrían llevar a la economía canadiense a una recesión y desencadenar una serie de perturbaciones económicas adicionales.

A menos de una semana de su victoria, Carney está dispuesto a convocar elecciones rápidamente, ya que, como primer ministro sin escaño en el parlamento, no puede asistir a las sesiones de la Cámara de los Comunes, lo que crea una situación incómoda. Las encuestas de opinión han mostrado que el Partido Conservador lidera actualmente, aunque su ventaja se está reduciendo significativamente a medida que la popularidad de los liberales repunta bajo el liderazgo de Carney.

El impacto de la guerra comercial liderada por Trump se ha sentido en todo Canadá, y los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos canadienses continúan dañando gravemente la economía del país.

Este conflicto comercial amenaza con eclipsar todas las demás cuestiones políticas, con los analistas advirtiendo que, si las tarifas se mantienen durante un período prolongado, podrían precipitar una crisis económica aún mayor.

En una declaración reciente, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy felicitó a Carney por su ascenso al poder y destacó la importancia de fortalecer los lazos entre Canadá y Ucrania. «Agradezco a Canadá por su apoyo inquebrantable para disuadir la agresión militar de Rusia. Espero profundizar la cooperación entre nuestros países», escribió Zelenskyy en las redes sociales.

El nuevo primer ministro también ha formado su gabinete, eligiendo a figuras clave como Dominic LeBlanc, quien ahora será el ministro de comercio internacional, y Mélanie Joly, quien mantiene su puesto como ministra de Relaciones Exteriores.

En un giro notable, Carney reincorporó a su rival en la carrera por el liderazgo, Chrystia Freeland, quien asumirá el cargo de ministra de transporte. Freeland, quien ha ocupado previamente los cargos de ministra de Relaciones Exteriores, ministra de Finanzas y viceprimera ministra, se considera una figura central en el futuro del Partido Liberal.

La reconfiguración del gabinete también ha visto la salida de ministros cercanos a Justin Trudeau, como el ministro de Salud Mark Holland y el ministro de Inmigración Marc Miller, quienes habían respaldado a Freeland durante la contienda por el liderazgo. Esta reestructuración refleja la necesidad de Carney de reforzar su base y fortalecer su liderazgo en un contexto político cada vez más polarizado.

La política canadiense está viviendo una transformación significativa bajo la nueva administración de Carney, quien ha logrado revivir el apoyo a los liberales, que se habían desplomado en las encuestas en los últimos meses.

Una encuesta reciente de Abacus Data reveló que el apoyo al Partido Conservador se ha reducido al 38%, mientras que los liberales han aumentado al 34%. Este cambio en las preferencias de los votantes ha generado una sensación de optimismo en el Partido Liberal, que ahora ve más viable la posibilidad de ganar las próximas elecciones generales.

A pesar de las tensiones internas y las críticas de los opositores, Carney se enfrenta a un desafío monumental: equilibrar las relaciones con Estados Unidos, defender la soberanía de Canadá y garantizar una economía estable.

La guerra comercial y las amenazas de Trump serán temas clave en los próximos meses, y el futuro de Carney como primer ministro dependerá en gran medida de su capacidad para navegar estos desafíos internacionales y liderar una nación dividida en cuanto a la dirección política que debe tomar.

Con el liderazgo de Carney, Canadá podría estar al borde de una nueva era política marcada por la resiliencia frente a las presiones externas, pero también por la necesidad de unidad interna para afrontar una crisis económica y política sin precedentes.

Crédito fotográfico: Spencer Colby/EPA


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